Revista Cine

"No" la campaña que derrocó a Pinochet llega a nuestres salas

Publicado el 08 febrero 2013 por Fimin

08 de Febrero del 2013 | etiquetas: Estrenos Semanales Twittear no-la-campana-que-derroco-a-pinochet-llega-a-nuestres-salas

Tras su aterrador "Post Mortem", el chileno Pablo Larrain dice "No" y vuelve apuntar al régimen de Augusto Pinochet aunque esta vez, con lenguaje publicitario. ¿El resultado de su estreno en Cannes? 15 minutos de ovaciones ininterrumpidas y el Premio a la Mejor Película de la Quincena. Más de lo mismo entre las Perlas de Donosti antes de estrenarse hoy en nuestras salas. Es la campaña que derrocó a Pinochet.

¿De qué va?

Cuando el dictador chileno Augusto Pinochet convocó elecciones bajo demanda internacional en 1988, los líderes de la oposición persuaden un joven publicista, René Saavedra, para dirigir su campaña. Con escasos recursos y el ojo de la dictadura bien cerca, Saavedra y su equipo idean un ingenioso plan para ganar las elecciones y liberar su país de la opresión.

¿Quién está detrás?

A su sugerente título añadimos el nombre de su director, Pablo Larrain, quien vuelve a la carga tras dejarnos consternado, abrumados, noqueados (llámenlo como quieran, aunque siempre en el mejor de los sentidos) con su anterior y austera "Post Mortem" o con su ópera prima, "Tony Manero". "No" significa la culminación de su particular trilogía sobre la dictadura

¿Quién sale?

El "No" lo abandera el también aplaudido en Cannes, Gael García Bernal. No es para menos tratándose de su mejor interpretación desde...ya ni nos acordamos. ¿Quizá "Amores Perros"?. El "Sí", en cambio, es cosa de 'su jefe', Alfredo Castro, cuya mejor interpretación ya pudimos disfrutarla (y sufrirla) en "Post Mortem".

¿Qué es?

El Que no se acabe el Mundo vs. Pinochet

¿Qué ofrece?

La inmejorable representación posible de unos años 80 marcados por la dictadura, pero también por el poder de un lenguaje, el publicitario, que a través de la historia chilena nos demuestra que es un monstruo capaz de insaturar, o derrocar, incluso, con humor, una dictadura. Y en este caso, lo hace con un dispositivo formal deudor de aquellos (no tan) maravillosos 80, con una imagen opaca, sucia, desgastada, digna del peor VHS, pero que en este singular caso se erige en el mejor vehículo posible (con premiso de la mano de Larrain y el trabajo de Gael) para trasladarnos el devenir de una campaña y el proceso personal que vivió cada uno de los involucrados en ambos bandos. Y lo hace con mesura, sin grandes alardes, con estimulantes pinceladas de humor y con un riguroso poderío evocador que tampoco necesita abusar de la nostalgia kitsch con formalismos innecesarios. En "No" todo es un "Sí" para Pablo Larrain y su cine.

Nota: 8 /10


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