Revista América Latina

Not a hero, masacre en 16 bits

Publicado el 18 agosto 2015 por Javier Montenegro Naranjo @nobodyhaveit

providers10_794026_screenshot1BunnyLord lo ha intentado todo. El mundo parece condenado a perecer. Desde batidos gratis hasta eliminar todas las enfermedades. Nada da resultados. Una y otra vez viaja al pasado, intenta cambiar la línea temporal y el final siempre es el mismo (Episode 0: Another Last chance to save the world). Por eso, en un último intento, apuesta por erradicar el crimen. Un no rotundo a la violencia.

¿Y cuál es la mejor manera de combatir la violencia? Asesinado a todos los capos de la mafia de la ciudad donde BunnyLord se postula, los cuales son a su vez los otros candidatos a las elecciones. Parece algo escabroso esto de eliminar el crimen a golpe de ejecuciones, pero el mundo depende de ello. Para lograrlo, BunnyLord se rodeará de talentosos managers de campaña que le permitirán… lograr sus objetivos, es decir, matar a todos los criminales de la ciudad.

Claro, BunnyLord también es un conejo antropomorfo carismático; además de eliminar a la competencia se encargará de ser el rostro de la campaña, a fin de cuentas es él quien quiere ser elegido. Ayudar a los ancianos a llegar a casa, hacer regalos a los niños (incluso si los odia), mantener información delicada bien lejos de los medios y ofrecer declaraciones a la prensa mientras sus secuaces cumplen con sus indicaciones (ya saben, matar, destruir el alijo de drogas, matar, robar bonsáis, rescatar pandas y matar) son sus principales prioridades.

Sus tres rivales son un capo de la mafia rusa, un negro traficante de drogas y una asiática relacionada con los yakuzas. Un poco racista ¿eh? Deberá deshacerse de cada uno antes de las elecciones, en 21 días. La estrategia es sencilla, debilitarlos, hacerles perder puntos ante la opinión pública y luego asesinarlos. Tranquilo, usted como jugador se limitará a repartir balas como hostias.

Con un sentido del humor bien fino y una lógica aplastante que por momentos te hace dudar si cada político es igual a BunnyLord, Not a Hero se convierte en un shooter bastante desquiciado, con mucha sangre pixelada y un arsenal decente de municiones para hacer lo que mejor sabe el equipo de campaña, además de contar con otras ingeniosas armas, como un gatico explosivo. Cada nivel tiene un diseño fijo, nada cambia cuando mueres y reinicias, lo cual lo convierte en un juego perfecto para desconectar el cerebro y dedicarse a llenar de plomo a toda la lacra de la sociedad.

Claro, si los subordinados del conejo humanoide morado tienen éxito, puede que el alcance de su campaña sea inimaginable, y no solo salga elegido en su ciudad, sino como gobernante mundial, lo cual facilitaría su tarea de eliminar el crimen y salvar el mundo (encogimiento de hombros). Eso sí, incluso si el mundo no se salva, nosotros disfrutaremos muchísimo luchando contra el crimen y conociendo a fondo cómo se desarrolla una campaña electoral.

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