Cada uno tendrá su propia historia de 2015.
Habrá quien quiera olvidarlo. Habrá quien lo guardará como el periodo más feliz de su vida.
Lo más lógico es que tengamos momentos buenos, malo, regulares, y entre ellos muchos para recordar por lo gratos que han sido o porque nos dejaron una lección.
El mío como persona ha sido así.
Como Gastroredactora el saldo es muy pero que muy positivo. Acabo de ver las estadísticas mensuales de visitas, y el periodo ha ido “in crescendo”, ver las barritas de la gráfica aumentando en tamaño cada vez produce alegría.
Ayer una persona de un sitio de comidas me dijo que recientemente había recibido dos visitas que venían gracias a un post escrito por mí.
La semana pasada otra persona me dijo que me leía siempre porque le gustaba mucho mi forma de escribir.
Cada vez recibo más notas de prensa e invitaciones a eventos.
Estas y más cosas hacen que hoy me de una palmadita en el hombro y me diga buen trabajo chica.
Y ya se que echarme flores en esta entrada no aporta ningún valor a quien me lee, que es lo que trato de hacer siempre. Pero como ser humano fallo y uno de esos errores es que muchas veces no reconozco mis méritos y solo veo lo que quiero lograr.
Hoy estoy mirando lo que he conseguido hasta ahora. Y escribirlo aquí, que se que me vas a leer, le da más valor y un mayor compromiso por mi parte.
Pero la idea inicial de este post rápido (¡en unas horas me voy de viaje!!) antes de desconectar hasta el año que viene, es desearte lo mejor para el 2016. Y ya se que suena a tópico, pero por mi parte es muy sincero, estoy convencida de que si das buena energía el mundo te da buena energía, y eso despierta lo mejor en cada uno de nosotros…
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