DANNY BOLLINGER/NBAE/Getty Images www.nba.com
De momento esto es con lo que tiene que conformarse el público tejano que acude al American Airlines Center de Dallas. Aunque los Mavericks lideran la División Suroeste de la NBA como de costumbre, el sabor de boca que están dejando entre sus seguidores no es el mejor. Un par de temporadas atrás las cosas eran bien distintas, pero ésta es lo que toca.
Dallas se impuso a Oklahoma City Thunder
por un punto de diferencia (98-99)
El 15 de enero se repitió la historia ante un equipo que, pese a ocupar el penúltimo lugar de la Noroeste, está agradando con una plantilla de jóvenes talentos que hasta final de temporada luchará por dar la sorpresa y jugar los play offs. Dallas se impuso a Oklahoma City Thunder por un punto de diferencia (98-99).
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El partido no fue vistoso, ni por un lado ni por el otro, pues aunque los Thunder le pusieron más ganas, en los instantes decisivos pecaron de inexpertos. Los locales hicieron valer su veteranía, y sobre todo su arma secreta, aunque después de tantos años empleándola más bien sea un secreto a voces. Ante la mediocridad de hombres otrora importantes como Jason Kidd, Josh Howard y Shawn Marion, Dirk Nowitzki volvió a asumir el mando de las operaciones en ataque. Suya fue la canasta decisiva a falta de 6 segundos para el término del encuentro. El alemán tiene el balón y toda la pinta de querer jugársela. Los visitantes optan por realizar una defensa individual. La responsabilidad recae sobre Jeff Green, pero esa misión es como tratar de detener un convoy con la mirada. Como suele decirse, «es imposible y además no puede ser”, a no ser que seas de Texas también y te llames Chuck Norris. No era el caso y Nowitzki se plantó algo más allá de la línea de tiros libres para anotar fácilmente de dos. Fue su punto número 32, otra gran actuación pese a terminar el primer cuarto únicamente con dos puntos. 30 hizo la estrella rival, Kevin Durant, quien además no dejó de rebotear y de subir el balón desde su propio aro. Puro atletismo que por poco no fue suficiente para impedir que la victoria se quedara en Dallas.