Este no es el hábitat típico de la especie, propia más bien de los matorrales costeros con aladiernos y zarzas. Seguramente han abandonado el territorio paterno y se encuentran vagando a la busca de un lugar donde asentarse. La curruca cabecinegra es uno de los casos de mayor éxito dentro de nuestra avifauna; ausente hasta hace pocos años, en lo que llevamos de siglo XXI se ha extendido por todo el concejo y ahora existe ya un elevado número de parejas.
