Uno de aquellos jugadores recreativistas que se vieron sin equipo fue Olito, que había pertenecido a la entidad onubense durante casi una década. Decidido a probar fortuna, Olito se decantó por apostar fuerte e intentar ingresar en el mejor club andaluz, el Sevilla FC. Por desgracia, su aventura tan sólo duró 45 minutos, pues a tenor de la siguiente crónica, no poseía la calidad suficiente para jugar en el primer team del Eterno Campeón de Andalucía. 
Cualquier jugador que haya vestido la zamarra sevillista, aunque solo haya sido durante escasos minutos, merece todo el respeto. Sirvan estas líneas como homenaje a Olito, uno de los nuestros.
