Revista Vino

Olivier Rivière, aquí y allá

Por Jgomezp24
La Losada en Navaridas de Olivier Rivière Olivier llegó a España hace casi diez años contratado por Telmo Rodríguez, uno de los grandes animadores del panorama vitivinícola español de los últimos tiempos. Empezó, pues, trabajando para él en la Rioja, pero bien pronto su inquietud y ganas de buscar vinos propios le llevaron a encontrar socios y aliados para crear sus propias marcas. Tiene tres grandes virtudes (y otras, seguro, que me habrán pasado desapercibidas…): como enólogo, admiro su capacidad técnica en la bodega. Además, es de los que interpreta con rapidez qué necesita el campo para dar lo mejor de sí. Y no hablo de cantidades ni de producción. Hablo de respeto por la tierra y de calidad en la botella, siempre atendiendo a las características de la uva en las DOs en que trabaja. Su tercera virtud es la honestidad. No engaña ni dice medias verdades. En la Rioja y con etiquetas propias (quizás hayas oído hablar de Rayos Uva o Ganko, dos riojas que se beben con placer y facilidad) trabaja desde hace seis años, pero hasta la primavera de 2012 no ha podido comprar su primer viñedo propio, una Ha y media en dos parcelas. Hasta ahora hacía vino, sí, pero con uvas compradas. El detalle lo indica con el color negro en las etiquetas: una etiqueta de Olivier con letras blancas sobre fondo negro te dice que ha comprado la uva (hacerse un hueco en la Rioja es extremadamente complejo y lento) y que, por más que se esté encima, no se han podido controlar al 100% todos los procesos en el campo. Y eso, para Olivier es muy importante. En la Rioja hay mucho productor de uva que no vinifica con marca propia, pero que se metan en sus campos a decirle qué hay que hacer…¡eso ya es harina de otro costal!
Tuve la suerte, la emoción también, de ser la primera persona que visitaba sus dos primeros viñedos en propiedad en la Rioja Alavesa, justo una semana después de haber firmado la escritura. Están en Navaridas, a 490 msnm, casi en llano, con cepas en vaso y un marco de plantación de 1,5 x 2m. Buena densidad para unas plantas que, en la parte más vieja de viñedo, son como mínimo de 1920. Y con lo que más le gusta a Olivier: el ensamblaje está ya en el viñedo, con cepas mezcladas de tempranillo, viura y mazuelo. Recuerda este nombre, La Losada, porque algún día verás un vino con él estampado en la etiqueta. Será con letras negras sobre fondo blanco. Ese fondo te dice que Olivier trabaja el viñedo, las uvas son suyas y controla todos los procesos del vino hasta la botella. Como sucede, por ejemplo, en el Alto Redondo (Dicastillo, DO Navarra), tres terrazas de garnacha y, pronto, también de mazuelo (de selección masal), que no llegan a la ½ Ha. 2012 fue un mal año, apenas 20 kg. No habrá vino. Pero 2011 se ofrece (monovarietal de garnacha), todavía en barrica, como un vino de extraordinaria finura, volumen en boca y todos los aires del monte bajo que alimenta esas cepas viejas (sobre los 80 años), tomillo sobre todo. También lleva letras negras sobre fondo blanco Basquevanas, el albillo de Covarrubias (DO Arlanza), uno de los grandes blancos de este país, un vino que en la añada 2009 es grande (las pocas botellas que quedarán: melisa, trufa blanca, ceniza de sarmiento, heno cortado, fino y largo, buena evolución), pero que en 2010 dará todavía más alegrías: más acidez, volumen, amplitud en boca, proteínas. Un vino hecho para demostrar lo que más le gusta a Olivier en un vino: que envejezca mucho y bien. Si le dejamos, claro… Alto Redondo de Olivier Rivière

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