Oloroso seco Villapanés
Bodegas Emilio Hidalgo
Palomino 100%
20% vol
D.O. Jerez y Manzanilla de Sanlucar
Todo un vino genuino, como dicen en la propia página web de la bodega, Emilio Hidalgo, y también he de decirlo yo, porque ha sido un grandísimo vino, un vino oloroso seco que me ha roto algunos de mis esquemas más básicos, pues el vino parte de un vino base sometido durante sus 2-3 años de vida a una crianza biológica, es decir, bajo velo de flor, como los finos y las manzanillas, para después pasar el resto de sus casi 20 años de crianza media, sometido a la oxidación, al contacto directo con el oxígeno, a una crianza oxidativa, que es la crianza típica de los olorosos.
¿Y qué le puede aportar a un oloroso viejo, pero no muy viejo, de unos 20 años como digo - una infancia con crianza biológica? Pues lo he notado un punto fresco, en nariz, una gran frescura, y una primera entrada suave, y ligera, los dos primeros segundos de la fase gustativa, para después explotar con la elegancia y rotundidad de un gran oloroso viejo con 20º que apenas se notan. Algo que no había notado hasta ahora, y han sido quizás las palabras del gran Juan Manuel Martín Hidalgo, las que me han abierto el camino de esta gran sorpresa.
Las notas a fruta escarchada, como los orejones, las notas de nuez muy marcadas, y los tostados de madera vieja son su carta de presentación al acercar la nariz a la copa. Finalmente en boca se muestra cálido, potente, con un punto de golosidad que lo convierte en una delicia, y con una persistencia casi eterna.
Todo fue en el transcurso de una excelente cata de vinos de Emilio Hidalgo, que empezó con el La Panesa Especial Fino, el Palo Cortado Marqués de Rodil, el Amontillado viejo El Tresillo 1874, para finalizar con su Hidalgo Pedro Ximenez, y nuestro protagonista de hoy, este gran Oloroso seco, la nueva joya de Emilio Hidalgo.