
Su historia es simple: durante la segunda guerra mundial, el teniente Stout (Clooney) forma un grupo de soldados con una misión especial: salvar las obras de arte -pinturas, esculturas, etc- de los horrores de la guerra. La idea, para los amantes del arte suena bastante genial -y otra vez, es una historia verdadera- lo malo es que tenemos que saber bastante de arte para conocer todas las referencias y las obras que aparecen en pantalla.
El filme no es malo, de hecho es bastante entretenido y llevadero. El problema radica en el guión y en el montaje. No establecer una sola misión de rescate hace la película confusa y mal planeada. Y es que son tantos los frentes de batalla y tantas las obras por rescatar, que cuando el equipo se divide, también lo hace la cámara y resulta tedioso y muy desconcertante seguir el hilo a escenas de 2 o 3 minutos que explican muy poco. Hasta que por fin el equipo está completo y se enfocan en hacer el rescate más grande de todos, es cuando la película toma un mejor ritmo, pero es desafortunadamente cuando ya nos encontramos a más de la mitad del metraje.

Entretenida pero con fallas imperdonables, nos quedamos con lo que pudo haber sido un grandioso filme de comedia que se tambalea y no logra sostenerse como una buena película.
Calificación.

