En la ya habitual sección de este blog que podríamos denominar Haciendo amigos, voy a hablar de un blog de chismes cuyo título es "La pelota no dobla" en el que, instruido por la televisión, se encubre detrás del maravilloso juego del fútbol la miseria característica del autor del blog a quien no tengo la desagradable suerte de conocer.
Con el criterio de un coleccionista de cáscaras de bananas, realiza una serie de catálogos relacionados con los futbolistas pero desde la óptica de una vieja que se junta con otras de su especie a hablar de la longitud de la pollera que llevan puestas las mujeres más bellas y jóvenes del barrio. Con la misma envidia señala la fealdad de los futbolistas, las transferencias que para su mundito son inverosímiles, las camisetas más coloridas del fútbol europeo, relamiéndose también ha sabido señalar la cantidad de veces que Ronaldinho eyacula frente a la webcam, en fin, cosas de viejas.
Hasta aquí y pasando por alto el desagradable gusto del autor, podríamos decir que no incurre en actitudes de mayor gravedad. Sin embargo, quién sabe desde cuándo, ha adoptado la costumbre de borrar los comentarios que ponen en evidencia la elemental tarea que en ese blog se desarrolla. Si bien el sólo hecho de borrar un mensaje no alcanza para indignarse, la actitud resulta lo suficientemente peligrosa como para rogar que nunca cayera en las manos de este muchacho un revólver cargado porque, si va a disparar toda vez que alguien estuviera en desacuerdo con sus veredictos inargumentados, algunos de nosotros no podríamos ni asomar la nariz por la ventana. Es verdad que, dada la inteligencia que demuestra, le tomaría un buen rato entender para qué sirve un revólver.
Uno se ríe para no tener que tomar en serio la cantidad de fachos mancos que tenemos que soportar todavía en nuestro bendito país, pero en realidad es triste. Es triste que no tuvieran siquiera el coraje de enfrentarse a las propias miserias con el fin de mejorar un poco el promedio de descenso en el que han caído, es triste que no tuvieran un mínimo respeto por la inteligencia de los demás y, ya que me vas a mentir, empleá el bocho en inventarme medio argumento. Es triste que escaparan de la cálida reflexión y pretendieran someter a todo el mundo a vivir en un constante invierno de necios. Es triste para quienes tienen que soportar los caprichitos que expone en el blog como verdades absolutas imposibles de refutar.
El mensaje de La pelota no dobla es la abolición del pensamiento, la instrucción hacia la estupidez, y lo que es peor, la no aceptación de opiniones contrarias. En realidad, no es que La pelota no dobla, es que no tienen idea de cómo hacerla doblar.