Resulta curioso que después del nivel que Riquelme empezó a recuperar en el superclásico y que lejos de disminuir ha ido aumentando en lo que va de campeonato, en vez de preguntarse acerca de las ventajas de tener a semejante futbolista en el mundial de Brasil, la preocupación general estuviese enfocada en si Boca le renueva o no el contrato por medio año más.
Cuando en medio de un temporal, la cosa se pone calma, mejor desconfiar y buscar resguardo. Por alguna razón la tormentosa imagen de Riquelme está pasando por un momento de calma. Los mismos medios que solían tildarlo de poco menos que de Hitler, ahora, si bien no lo alaban (han llegado a decir que jugó mal contra Tigre), admiten que merece una renovación. Desconfío.
Parece ser otra de las muchas artimañas antifutboleras mediáticas de nuestro país, cuyo fin es evitar la discusión verdadera anclando en temas menores, tirar la pelota para arriba y que se arregle el nueve mientras el tiempo pasa, total después, con un poco de ayuda y cábalas, capaz logramos un perfecto cero a cero.
La verdad es que el Riquelme de siempre, exceptuando el de los primeros partidos del actual campeonato y los últimos del anterior, no está en la selección tal vez por caprichos de algunos que aprovechando la oportunidad pocas veces tan clara de llegar lejos en una copa del mundo, se encierran en un estilo de juego que excluye a futbolistas de la estirpe del diez.
Parece un hecho que Riquelme no irá a Brasil, como no fue las otras dos veces que merecía ir, y nos vamos a perder, de nuevo otra vez de vuelta, la posibilidad de lucir un fútbol inteligente con la celeste y blanca en la cara de ingleses y brasileros. Dependerá de Messi, de Agüero, de Tevez -quiero creer que el apache entrará a último momento en el plantel- demostrar lo que es capaz de hacer un buen jugador argentino aún rodeado y dirigido por marmotas. Será una picardía perderse al experto en lidiar con especímenes futbolísticos de esa calaña, al diez que pese a todas las dificultades que tanto rivales como compañeros, entrenadores, y celosos hinchas del resto le siembran en el camino, sigue demostrando cada partido que es el mejor de todos en su puesto.
Despierta ternura encontrarse en algunas páginas de internet tímidas aspiraciones mundialistas de quienes creen que todavía están a tiempo, pidiendo por favor la inclusión de un jugador que representa a buena parte del fútbol argentino. El único que los representa hoy en Argentina. Vayan haciéndose a la idea, Riquelme está afuera de la consideración de la mayoría de los entrenadores, cómo van a permitirse incluir a un futbolista que sabe más de fútbol que ellos.
*Özil y Andrés Iniesta creo que van a Brasil. Un consuelo.