Aparte del subidón de poder ver a las dos rarezas americanas, pude comprobar que continúa en Bañugues el flujo de limícolas. No está siendo un buen mes para estas aves, porque debido a los continuos días de sol que llevamos la playa se llena de gente, de otra forma permanecerían sedimentados alimentándose, como suelen hacer en otoño.
El flujo principal continúa siendo de tres especies, pude contar unos 12 correlimos tridáctilos Calidris alba y 15 correlimos comunes Calidris alpina, todos ellos juveniles. Con ellos también 12 chorlitejos grandes Charadrius hiaticula, la mayoría jóvenes pero también algún adulto.
Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula) juvenil
Chorlitejo grande, joven y adulto
También anoté mi primera aguja colipinta Limosa lapponica de la temporada, un juvenil; estas aves viajan desde la tundra ártica europea y rusa en sentido suroeste para invernar en el oeste de África. Este ejemplar me permitió hacer algunas fotos curiosas, como por ejemplo enterrando la cabeza en la arena para alimentarse o desperezando sus alas.
Aguja colipinta (Limosa lapponica) juvenil
El bando de gaviotas era de unas 150 patiamarillas, unas 30 sombrías y 1 argéntea de primer invierno.