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Página Azul

Publicado el 15 junio 2011 por Lacoleccionistadeespejos
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Si dejo de escandalizar, dejo de existir, tan simple como eso...
Hace tiempo ya, con la lectura de reciente libro de Dorelia Baraona R., que hicieron Caleb y Del, se habló de Gustave Coulbert, uno de los pintores del Neo-realismo más importantes de dos siglos atrás. Y por metiche, porque he de reconocer que cada vez que alguno de los de La Co., dice A., este que esta aquí corre a buscar de lo que hablan: creo que es lo que dice Ann+e, mis papás (Cal y Del, aunque no me procrearon) son padres estrictos que lo obligan a uno a estar pendiente de las cosas sin decir mucho y eso es hacer mucho; al menos conmigo... Gaby P.
Gustave Coulbert, nació en un pueblo próximo a Besançon, en el Doubs alemán, cuyo paisaje refleja en sus cuadros. Estudió en Besançon y luego en París (1840). Sus padres deseaban que emprendiese la carrera de Derecho, pero al llegar a París se volcó en el arte.
Porque entre sus amistades se encontraban Baudelaire, Corot y Daumier, cuyos pensamientos eran contrarias al academicismo artístico a partir de la revolución de 1848, Courbet fue etiquetado de revolucionario peligroso; por lo que hubo de migrar a Francia en 1853, donde expuso algunas de sus obras en el Palacio de las Artes de la Exposición Universal de París, pero al ver el rechazo del jurado hacia algunos de sus cuadros decidió inaugurar una exposición individual ubicada en las proximidades del campo de Marte, a la que bautizó con el nombre de "Pabellón del Realismo". Entre las obras que exhibió en dicho lugar cabe mencionar El taller del pintor, en el que retrataba a todas las personas que habían ejercido cierta influencia en su vida.
Tuvo fama de arrogante y efectista; porque afirmaba que si dejo de escandalizar, dejo de existir, tan simple como eso, decía...
Algunos le achacaban que provocaba escándalos sólo para entretener a las clases bien pensantes y que, en realidad, su arte se mantenía fiel a cierta exquisitez formal. Sin embargo, otras voces como Delacroix lamentaban que Courbet malgastaba su habilidad, al elegir temas sin un contenido elevado y no cribar de ellos muchos detalles innecesarios.
En su primera época, pinta el paisaje, especialmente los bosques de Fontainebleau y retratos, con algunos rasgos románticos. Pero a partir de 1849 su fuerte realismo, vinculado con las ideas socialistas, crean una pintura revolucionaria decididamente realista; por eso es que de hecho él es el fundador del realismo y se le atribuye la invención de dicho término; pues escogiendo temas y personajes de la realidad cotidiana, sin caer en el «pintoresquismo» o «folclorismo» decorativo. Su técnica es rigurosa con el pincel, con el pincel plano y con la espátula, pero su mayor innovación es la elección de temas costumbristas como motivos dignos de los grandes formatos, que hasta entonces se reservaban a temas elevados: religiosos, históricos, mitológicos y retratos de las clases altas. Reivindicaba la honestidad y capacidad de sacrificio del proletariado y afirmaba que el arte debía plasmar la realidad. En 1867 expone nuevamente en la Exposición Universal de París.

Pese a que sus referencias son los maestros del pasado como Velázquez, Zurbarán o Rembrandt, influye y aconseja a los primeros impresionistas; pues su naturalismo combativo es patente en sus desnudos femeninos, donde evita las texturas nacaradas e irreales tomadas de la escultura neoclásica. Plasma formas más carnales e incluso el vello corporal que habitualmente se omitía en los desnudos académicos. Ejemplo claro de ello es El origen del mundo, convirtiendo así su realismo en modelo de expresión de muchos pintores, contribuyendo a enriquecer la obra de Cézanne.

A pesar de sus polémicas, llegó a disfrutar de éxito.
Se le otorgó la medalla de la Legión de Honor, pero la rechazó, por considerar que no era consecuente con lo que él quería: morir como hombre libre, sin depender de ningún poder ni religión, queda clara su manera de pensar.
Si bien accedió a participar en el breve gobierno de la Comuna de París de 1871. De él, el filósofo Proudhon, padre del anarquismo, quiso hacer un pintor proletario; pues creía que el arte podría subsanar las contradicciones sociales.
Durante la Comuna se le encargó la administración de los museos de París. Tras caer dicho gobierno, el gobierno posterior le responsabilizó de la destrucción de la columna Vendôme dedicada a Napoleón Bonaparte. Un consejo de guerra lo condenó a seis meses de prisión y a pagar 300.000 francos,  una multa; tan alta que debía ser liquidada a lo largo de 30 años.  Escapó de prisión en 1873, y huyó a Suiza para evitar que el gobierno lo encarcelara por su negativa a pagarles "aunque podìan"...
Murió en La Tour du Peilz, localidad próxima a Vevey, víctima de una cirrosis producida por su consumo abusivo de alcohol.
Obras
· L'embouchure de la Seine, 1841, Palais des Beaux-Arts de Lille
· El hombre del perro negro, 1842, Petit Palais, París.· Retrato del artista, llamado El hombre de la pipa, 1849?, Museo Fabre, Montpellier.· Entierro en Ornans, 1850, conservada en el Museo de Orsay en París, que por cierto provocó un escándalo en el Salón de 1850, por el feísmo y vulgaridad de sus personajes.
· Los campesinos de Flagey volviendo de la feria, 1850, Museo de Bellas Artes de Besançon.
· Las bañistas, 1853, M.º Fabre, Montpellier.
· Les Bords de la mer à Palavas, 1854, Musée Malraux, Le Havre
· Las cribadoras de trigo (Les Cribleuses de blé), 1854, Museo de Bellas Artes de Nantes.
· ¡Buenos días, señor Courbet!, llamado El encuentro 1854, M.º Fabre, Montpellier.
· El taller del pintor, llamado Alegoría real o El estudio 1855, Museo de Orsay, París.
· Cortesanas al borde del Sena o Las señoritas de las orillas del Sena, (1856), Petit Palais, París.
· La Mer à Palavas, (1858), M.º Fabre, Montpellier
· Le Chêne de Flagey, (1864), 90x110 cm., Museo de Arte Murauchi, Tokio· Las fuentes del Loue, (1864), Kunsthalle de Hamburgo.
· Pierre-Joseph Proudhon et ses enfants (Retrato de Proudhon y sus hijos), (1865).
· La Femme au perroquet, (1866), 129.5x195.5 cm., Metropolitan Museum of Art, New York
· L’Origine du monde . (1866). Famosísimo desnudo femenino. Largamente oculto, ingresó en el Musée d'Orsay de París y no se exhibió de manera continuada hasta fecha reciente.
· La Trombe, (1866), 43x56 cm., Museo de Arte de Filadelphia, Filadephia
· El sueño, llamado también Las durmientes, o Pereza, o Las amigas, (1866), Petit Palais, París.
· La remesa de corzos en el arroyo de Plaisir-Fontaine Doubs, (1866), Museo de Orsay, París.
· Arroyo en Brème, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
· l'Hiver (1868), 61x81cm, colección privada, Francia.· La mujer de la ola, (1868), M.M., Nueva York.
· La fuente, (1868), Museo de Orsay, París.
· La vague, 1869, Musée Malraux, Le Havre
· Mer calme, (1869), 59.7x73 cm., Metropolitan Museum of Art, New York
· El mar tormentoso, (1870), Orsay, París.
· Manzanas y granadas en una copa, (1871), National Gallery, Londres.
· Autorretrato en Sainte-Pélagie, (1874), M. Courbet, Ornans.
· Gran panorama de los Alpes, (1877), Museo de Arte, Cleveland.
Para La Coleccionista de Espejos: Gaby P 

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