Pimientos recién cogidos del huerto
Guindillas
Sal
Aceite de oliva
Elaboración1.- Lavamos y preparamos los pimientos y las guindillas. Yo los he rajado por la mitad, pero sin llegar a romperlos totalmente. Los ponemos a freír en un buen aceite de oliva en su punto de sal.
2.- Los tapamos y ponemos el fuego no muy fuerte. Cuando estén casi hechos pondremos el aceite más fuerte. En unos minutos más nuestros pajarillos de huerta estarán listos.
Pero que buenos están los pimientos así preparados, que buenos están los pimientos fritos. Yo los he mezclado con guindillas, el sabor picantillo de éstas los ha impregnado y, como, os digo es un verdadero placer comerlos. Aunque si lo pienso, nunca me enteré de porqué se les llama a los pimientos fritos, 'pajarillos de huerta', pero curioso, lo que es curioso, el nombre, lo es.....
Rectifico, Paco me acaba de explicar el porqué de su nombre: como a los pimientos se les raja parece que tienen un pico... de ahí viene su nombre.... y me sigue resultando muy, muy, pero que muy curioso.
Aunque el mérito de esta receta es que tanto los pimientos como las guindillas estaban recién cogidos del huerto. Paco y yo esta mañana hemos ido 'a hacer la compra a las matas de hortaliza'.
Cuando vamos cortando los pimientos, las guindillas, los tomates, las berenjenas.... lo primero que noto es ese olor a pimiento de toda la vida, a tomate de toda la vida.... ese olor que me lleva a mi infancia, a cuando iba con mi padre y mi madre al huerto. Ese olor, que luego quedaba en casa, porque todo el excedente del huerto, mi madre lo vendía en casa, lo pesaba en una antigua báscula, de esas que tenían pesas para cuadrar el peso.... Los tomates, los pimientos, las berenjenas, los calabacines.... desperendían un olor inconfundible, y siempre que ahora me acerco a un huerto, mi mente se traslada a muchos años atrás. Hoy cuando veniamos en la moto del campo, mi mente se ha ido a cuando mis padres iban y venían a la' tierra' en bicicleta, eran muy jóvenes, yo ni siquiera había nacido, pero esa imagen, sin haberla visto realmente, si que la visualizo, porque ellos se referían a ella muchas veces y siempre con mucho cariño.
En fin, resumiendo, para ser felices, no necesitamos más que, unos buenos pimientos fritos, o pajarillos de huerta y sobre todo mucho amor, porque con amor, unos pimientos, o, como decían mi madre con cariño: 'un pedazo de pan con aceite me sabe a gloria'.
Una canción del gran Silvio, 'el Güije'. El güije es un duende cubano negrito, cabezón y un poco feillo, pero que protege las plantas y animales del monte, aquí Silvio nos trasmite esta tradición cubana en la que el güije es parecido al hombre del saco nuestro.