Revista Cocina
El banneton es un recipiente generalmente de mimbre o de pulpa de madera utilizado para dar forma al pan en su última fermentación antes de hornear. Su objetivo, a parte del bonito dibujo que resulta imposible de hacer de otra manera, es aportar una corteza super crujiente y un interior esponjoso y rico.
Podemos encontrarlos de varios tamaños y decoraciones, nosotras nos hemos decantado por estos:
Y hemos querido comenzar con un pan sencillo para estrenarlos, sobre todo para saber como se usa, su limpieza y puesta a punto y su conservación.
Hemos investigado en internet y hay muchisimos tutoriales, así que nosotras después de coger ideas de aquí y allá hemos hecho el nuestro (que no difiere en nada del resto, es así siempre jejeje...)
Antes de usar por primera vez el banneton hay que limpiarlo muy bien, con ayuda de un cepillo o una brocha gorda quitaremos cualquier resto de madera que pueda estar suelta (hay muchas) tanto por el centro como por los bordes.
En su primer uso se recomienda hacer una limpieza con agua o aceite untando con la brocha y extendiendo lo mejor posible por toda la superficie.
Pondremos ahora bastante harina en el centro e iremos golpeando y girando el banneton hasta que se pegue completamente y quede todo cubierto.
Sacudimos el sobrante, dejamos secar unos 10 minutos y listo para su uso.
Como hemos dicho es un "molde" para la 2ª fermentación, por lo que haremos nuestro pan normalmente.
Ingredientes para un pan de banneton redondo de 1Kg.:
- 750 gr. de harina de fuerza - 30 gr. de levadura seca de panadero - 400 ml. de agua tibia - 10 gr. de sal - 10 gr. de azúcar o chorrito de miel (opcional)
Preparación:
En un bol amplio hacemos un volcán con la harina, en el centro añadimos el agua, la levadura, la sal y el azúcar y removemos con movimientos envolventes de adentro a fuera hasta homogeneizar completamente.
Terminamos el primer amasado en nuestra mesa de trabajo hasta conseguir una masa elástica, boleamos y hacemos la primera fermentación de 1 h. en el mismo bol tapado hasta doblar su volumen.
Volvemos a amasar de nuevo, sacando primero el aire con los nudillos, durante unos 5/7 minutos.
Boleamos de nuevo y ahora es el momento en el que la colocamos en nuestro banneton (si la masa tuviera alguna imperfección por la base la colocaremos hacia arriba, para evitar que interfiera en los círculos decorativos)
Volverá a duplicar su tamaño.
Volteamos sobre nuestra bandeja de horno, cubierta con harina espolvoreada, con un movimiento rápido, mucho cuidado con este paso, puede resquebrajarse un poquito por los laterales, a mi me ha pasado como veis, espero coger práctica y afinar en cada uno que haga.
Horneamos con el horno precalentado a 230º a 210º durante 45 minutos.
Mientras limpiamos concienzudamente el banneton con la brocha procurando quitar todos los restos. Guardamos en un lugar fresco y seco.
Cada 2 o 3 meses es bueno limpiarlo metiéndolo al horno a 130º unos 45 minutos, para eliminar posibles gérmenes y hongos que no se ven.
Para siguientes usos sólo deberemos espolvorear la harina.
Sacamos nuestro pan del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.
En la mesa tus comensales fliparan con la forma.
Y con su corteza y su interior.