Muchos lectores me comentan lo difícil que les resulta implementar GTD –o cualquier otra técnica o herramienta de las que habitualmente escribo en el blog. Y estoy de acuerdo, a veces no resulta fácil. Pero tenemos que tener claro que desarrollar los hábitos necesarios para trabajar de forma productiva y organizada raramente se consigue de una sola vez y a la primera. Como cualquier otra habilidad, requiere de tiempo.
Durante estas últimas semanas estoy aprendiendo a patinar en línea y sobre hielo. Nunca había patinado antes. Patinar era uno de mis retos desde hacía tiempo –cada cierto tiempo me pongo un reto y trabajo en ello hasta conseguirlo, como forma de crecimiento personal, pero ya hablaré de eso otro día. Voy a practicar siempre que puedo, y aunque ya empiezo a tener un poco de equilibrio, todavía me sigo cayendo al suelo.
El caso es que, cuando empecé, nunca me planteé que saldría a patinar después de la primera, la segunda o la tercera sesión. De hecho, nadie que esté cuerdo lo piensa –creo ;-) ¿Por qué entonces pensamos que GTD debe funcionarnos a la primera, simplemente leyendo un libro o unos cuántos artículos en blogs? Como cualquier otra habilidad, trabajar de acuerdo a GTD requiere de práctica, tiempo y disciplina.
Cuando intentas adquirir una nueva habilidad, no importa si fallas una, dos o tres veces. Hay que seguir intentándolo. Después de varias sesiones, ahora salgo a la pista de patinaje y soy capaz de ganar un poco de velocidad –o lo que yo creo que es velocidad ;-). Sin embargo, raramente termino la tanda sin caerme al menos una vez. Cuando me caigo miro a todos los que me adelantan, patinando con gracias y estilo, y recuerdo que ellos ya llevan patinando meses, o incluso años. Entonces me levanto, me sacudo el polvo –y los pensamientos negativos–, y vuelvo a la carga.
Hacer que GTD sea parte de tu vida diaria requiere de una buena dosis de constancia. Te caerás muchas veces del tren, volverás a caer en malos hábitos que pensabas ya controlados, cometerás errores… No importa. Cada vez que sientas que te has perdido, tómate un tiempo de descanso y reflexión. Identifica en qué te has equivocado. Imagina nuevos enfoques, cambia, adapta. Y luego vuelve a la carga.
Mira a tu alrededor. Somos muchos los que utilizamos GTD para ser más productivos día a día. GTD funciona. Sólo tienes que ser paciente, practicar y encontrar tu camino.
Y tú, ¿has intentado implementar GTD alguna vez? ¿Cuántas veces te has caído? ¿Vas a volver a intentarlo? Comparte con nosotros tu experiencia en un comentario.