
Ayer mi madre cumplió 59 años.
Como os comenté en el último post, yo, como toda bloguera gastronómica que se precie, decidí que me encargaría de preparar la tarta de cumpleaños. Era obvio que tenía que ser un pastel al gusto de mi madre. Es decir, poco empalagoso, con queso -las tartas de queso son su dulce favorito- y fruta -ADORA todo tipo de frutas-.

Con estas dos pistas, lo más sencillo hubiera sido preparar una tarta de queso con fruta de temporada. Le hubiera encantado. Estoy segura.
Sin embargo, este tipo de dulces los comemos en casa cada dos por tres. Solo tenéis que echar un pequeño vistazo a la lista de recetas dulces del blog para comprobarlo. Son, con creces, el dulce mayoritario.
Por eso, yo quería hacer una tarta especial. Algo que no comiéramos a menudo. Algo nuevo. Una tarta que mi madre nunca antes hubiera probado.

No os podéis hacer una idea de lo difícil que me ha resultado elegir. Como suelo hacer, busqué y busqué entre mis libros de cocina y en Internet. Después de pasar cientos de hojas y visitar decenas de páginas web, me decanté por una receta de mi libro de repostería favorito, "Las recetas de la pastelería Hummingbird".
De él me quedé, finalmente, con el pastel Hummingbird!!!!!
Una deliciosa tarta de tres capas (esto me daba mucho, MUCHÍSIMO miedo; yo que como mucho he preparado tartas de dos pisos con más que serias dificultades), con una mezcla de sabores exquisita, de plátano, piña y nueces y cubierta por un delicioso glaseado de queso cremoso.

Mi mayor temor era que todo el pastel se desmoronase, que cada una de las capas adquiriera vida propia y decidiesen tomar caminos separados, que acabáramos comiéndolo a cucharadas de la fuente.Reconozco que aplicar el glaseado no me resultó fácil. Pero, poco a poco, con mucha paciencia y ganas, ¡¡LO LOGRÉ!! ¡¡No sé cómo!!

- 300g de azúcar blanquilla
- 3 huevos
- 300mL de aceite de oliva
- 270g de plátanos maduros aplastados (2-3 plátanos)
- 1 cucharadita de canela molida
- 300g de harina
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/4 de cucharadita de extracto de vainilla
- 100g de piña enlatada, cortada en trozos
- 100g de nueces picadas
- 600g de icing sugar, tamizado
- 100g de mantequilla, a temperatura ambiente
- 250g de queso cremoso para untar, frío
- 1 cucharada de leche
- Nueces enteras
- Canela en polvo

- Precalentamos el horno a 170ºC. Ponemos el azúcar, los huevos, el aceite de oliva, el plátano y la canela en un bol grande. Batimos hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
- Añadimos poco a poco la mezcla de harina, bicarbonato y sal. Agregamos el extracto de vainilla. Y seguimos batiendo hasta lograr una masa homogénea y cremosa.
- Añadimos la piña y las nueces, y mezclamos con una espátula hasta que estos ingredientes se repartan por la mezcla.
- Vertemos la masa en tres moldes de 20cm de diámetro, cuya base y paredes habremos cubierto con papel de hornear, alisamos la superficie. Horneamos 20-25 minutos a 170ºC. Los dejamos enfriar por completo y los desmoldamos.
- Batimos el azúcar con la mantequilla a velocidad media hasta que estén bien mezclados. Añadimos la leche. Y batimos bien.
- Por último, agregamos el queso y batimos 4-5 minutos, como máximo.
- Cuando los bizcochos estén fríos, ponemos uno de ellos sobre una fuente. Extendemos por encima un cuarto del glaseado. Cubrimos con otro bizcocho y extendemos otro cuarto del glaseado.
- Cubrimos con el último bizcocho y extendemos el resto del glaseado por todo el pastel.
- Adornamos con unas nueces y un poco de canela en polvo y reservamos en la nevera.
