(Dirigida por Javier Fuentes León – Perú 2010)
Uno tiene tres vidas: La vida pública, la vida privada y la vida secreta.
En todas han sido definitivas las mujeres. Gabo
El mar es de un azul infinito. Miguel (Cristian Mercado) y su esposa Mariela (Tatiana Astengo) están esperando la llegada de su futuro bebé Miguelito. La vida en el pueblo costeño de Cabo Blanco es tranquila como su mar. En un pueblo pequeño, la gente se da tiempo para hablar del fotógrafo y pintor Santiago (Manolo Cardona) del cual dicen que es marica. Santiago va todos los veranos a Cabo Blanco para hacer sus misteriosas pinturas, las cuales la gente nunca ha visto, sólo lo ven tomar fotografías. A la gente del pueblo le gusta arrojar un huevo diario a su casa.
Hay algo que llama la atención, Miguel desaparece de su casa, siempre con alguna excusa de trabajo. La cámara lo sigue, se ha ido a una casa a medio construir, enladrillada no más. Va por entre los cuartos vacíos. De pronto llega a un cuarto, el más oscuro de todos, donde le está esperando Santiago, se besan y se acarician, conversan mientras van tomando su pisco. Son unos fanáticos del pisco porque a partir de esta escena siempre que los veamos juntos van a estar con su pisco en la mano. Siempre sus encuentros son a las espaldas del mundo, ahí donde nadie los ve ni los juzga, donde sienten que pueden hacer lo que quieran, amar, jugar, sentir, tocar, oler, mirar, charlar. Un día tienen una pelea, Santiago está harto de que Miguel finja que es muy macho ante el mundo. Ocurre algo totalmente inesperado y recién vamos por la media hora de la película, los espectadores hemos sido sorprendidos con una historia que el director la lleva al límite hasta el final, no dejando ni un momento de respiro para seguir disfrutando de una buena película. Cuando es el final de la cinta, observo a los de limpieza del cine y a las acomodadoras mirando atentamente la película delante de la puerta donde yo he ingresado, en ese momento salen las letras de los actores, director, productores, etc y se escucha la canción de Café Tacuba “Aunque no sea conmigo”. La gente sale del cine en silencio. La melodía sigue sonando hasta que uno se aleja de la sala.
Una vez más y hay que recalcarlo, para hacer una buena película o un buen libro o un buen poema o lo que sea, necesitamos inspiración, pasión y escoger bien al reparto y hasta a los secundarios. Mérito del director. Hacia tiempo que no se veía actuaciones sólidas, diálogos profundos, paisajes hermosos de nuestro querido Perú y finalmente historias distintas a las que nos pasan.
Aunque no sea conmigo (Cafe Tacuba con Celso Piña)
A placer, puedes tomarte el tiempo necesario
que por mi parte yo estare esperando
el día en que te decidas a volver y ser feliz como antes fuimos.
Se muy bien, que como yo estaras sufriendo a diario
la soledad de dos amantes que al dejarse
estan luchado cada quien por no encontrarse.
Y no es por eso, que haya dejado de quererte un solo día
que estoy contigo aunque estes lejos de mi vida
por tu felicidad a costa de la mía.
Pero si ahora tienes tan solo la mitad
del gran amor que aún te tengo
puedes jurar que al que te quiere lo bendigo
quiero que seas feliz
Aunque no sea conmigo.http://observandocineperuano.blogspot.com/feeds/posts/default