Cuando el cielo es azul

Eres tú, soy yo
Amor por todas partes,
Me late el alma
Me late la piel

Sofía (Andrea Montenegro) es una joven que trabaja en el Museo de Arte de Lima. Esta haciendo la labor de curadora de una muestra de ángeles de la cultura virreynal, cree que a pesar de todos los cuadros que tiene le falta uno, ese cuadro es uno de un ángel de alas azules. La única manera de encontrarlo es viajando a la ciudad de Cuzco.
Ya en la ciudad de Cuzco conoce a Matías (Juan Pablo Gamboa), que es dueño de un Centro de Curación Chamán a través de plantas medicinales como la ayahuasca. Desde el primer instante ambos sienten una conexión inmediata. Ambos respiran una química y física intensa. Como que se hubieran buscado antes y ahora ya se encontraron. El descubrimiento de Sofía es que Matías se ha robado el cuadro que ella tanto busca de la Iglesia de Andahuaylillas. Sofía, entonces, busca el secreto que gira en torno a ese cuadro y las razones para que Matías este obsesionado con dicho cuadro.

Película que destaca por los paisajes impresionantes de Cusco, la sensación de paz que te hace sentir la ciudad a través de los diálogos de los personajes o de los silencios de los personajes. Esto me recuerda que una noche allá por el año 1994 la pase en un hotel del distrito de Ollantaytambo, en la ciudad del Cusco. Fue impresionante la sensación de paz que sentí aquellas horas. A la mañana siguiente me desperté a las 5 con un sol impresionante que atravesaba la ventana de madera, salí del hotel, cruce la pista y encontré una laguna. Todo parecía sacada de un sueño, pero no, era la realidad. Cusco es una ciudad que dan ganas de volver a visitarla.