Ante la crisis, ante la sensación de que todo el mundo está apostando en mandar más que los pueblos soberanos - e incluyo aquí a especuladores, banqueros, chinos, banqueros chinos, todo tipo de manifestantes iluminados o indignados o ladrones londinenses, e incompetentes alemanes - y que el voto, la nación y la democracia tiene cada vez menos valor. Por no hablar de la cultura, la ciencia, el esfuerzo, el aprendizaje o la inteligencia.