Revista Cocina

Persiguiendo el claroscuro

Por Soniaif

Me recuerdo de pequeña cazando polvo en el aire. Motas de polvo que creía que entraban con el sol de la mañana a través de la ventana. Y entonces veía cómo la luz llegaba a proyectarse en el suelo, cómo jugaba con miles de pequeños “hilillos” que revoloteaban huyendo de mis manos, cómo incidía en las palmas y las hacía brillantes, cómo silueteaba mis dedos. Un niño puede jugar con cualquier cosa, hasta con la luz.

El principal elemento de una fotografía es la luz. No hay más cáscaras. Por algo hemos oído cientos de veces aquello de que el término “fotografía” procede del griego “escribir con luz”. Sin luz, no hay foto. Y cuando uno se contagia del virus de la fotografía va listo, ya nada será como antes, y la luz le obsesionará como un mal vicio.

Hace poco, y en uno de esos momentos, me dediqué a la búsqueda y captura del claroscuro, a la caza del contraste entre luces y sombras. Si la luz ilumina, la sombra define volúmenes, y en este ejercicio que sólo tenía como objetivo aprender todavía más del uso y comportamiento de la luz, me dediqué a dibujar las luces y las sombras de una fotografía.

Para ello coloqué encima de un carrito de cocina unos pocos elementos que compusieran un bodegón. Muy clásico, muy propio. Situé el carrito delante de un mueble de mi cocina, y al lado de una ventana. Como la finalidad del ejercicio era jugar y dibujar con la luz, cerré las persianas al máximo, dejando semiabierta la que estaba más cerca de mi composición, buscando contar con una única fuente de luz dentro de la cocina, que quedó casi en penumbra.

A. Comencé situando un reflector blanco frente a la fuente de luz que procedía de la ventana. Un esquema clásico que empleo en la fotografía de still life. Si hubiera utilizado un reflector plateado, el efecto del mismo hubiera sido demasiado potente, y poco natural (más sobre reflectores aquí). Con el reflector blanco se evitan sombras y se refleja bastante luz, pero no me acerco al claroscuro que estoy buscando. Este es un tipo de luz agradable, aumentando un poquito la exposición, pero bastante plano. Por cierto, el término SOOC ya sabéis que se refiere a Straight Out Of Camera (directamente salido de la cámara).

A.

B. De manera que pudiera contar con un fondo más oscuro, situé lo que en inglés se llama “flag” (o pantalla) delante de una de las esquinas de la ventana. Consiste en una superficie (normalmente una tela o “bandera” negra) que se sitúa entre la luz y el objeto, e impide de esta manera el paso de la luz. Consigo así, como podéis ver en el ejemplo, que el fondo sea más oscuro y resalte más la iluminación de los objetos en primer plano. ¿Claroscuro? Creo que quiero más…

B

C. Si lo que persigo es un fuerte contraste de luces y sombras que marquen y definan volúmenes, no tengo más remedio que quitar el reflector blanco. En este ejemplo, podéis ver las sombras creadas en la imagen al prescindir de él, y como resalta el volumen de la granada ¿No parece mucho más esférica? Al mismo tiempo, he dejado mi pantalla, para seguir oscureciendo el fondo. Creo que me voy acercando.

C

D. Pero como no me doy nunca por satisfecha, quiero más. Quiero la madre de todos los claroscuros. Quiero bloquear cualquier tipo de luz que pueda venir por la izquierda de la imagen, así que sitúo la cara negra de mi reflector en el lado opuesto a la ventana. Por otra parte, coloco otra pantalla negra (además de la que ya tenía) impidiendo el paso de la luz y creando más sombras en la parte delantera de la granada y del cajón, así como en el frente del carrito. Sólo queda una pequeña abertura por la que pasa la luz que incide directamente en las manzanas, las hace brillantes, y por fin puedo quedarme satisfecha con mi investigación.

d.

Mi objetivo, con este ejercicio, no era más que jugar con la luz, disfrutar de la experimentación y el resultado. Aprender. Con ello me gustaría animaros a no dar lo usual por verdad absoluta, a crear, a salir de los esquemas que solemos utilizar, a romper con lo establecido, a jugar, como cuando éramos pequeños, con las motas de polvo que entraban con la luz de la mañana.

Aquí os dejo el resultado final, después de pasar por un mínimo de “chapa y pintura” (ligero aumento de la exposición, recuperar un poco las sombras, aumento de claridad, y ligero viñeteo. Todo ello por obra y gracia de Lightroom).

Claroscuro

El claroscuro es una técnica que no solamente resalta el volumen de los elementos de la fotografía, sino que es parte esencial de la composición de la misma. Recordad: la luz ilumina, pero las sombras definen ¡A jugar!

¡Ay, si Caravaggio levantara la cabeza!


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