El pescado posee nutrientes realmente favorables para el organismo. Tierno, sabroso y fácil de masticar, especialmente para los más pequeños, el pescado blanco es un rico alimento para comer a diario y también para etapas de crecimiento. El pescado blanco o magro se digiere de manera rápida, por lo que va perfecto para hacer una buena digestión y se adapta a toda clase de estómagos de todas las edades.
Altos nutrientes
Las vitaminas y proteínas son elevadas, pues llevan minerales como el hierro, el calcio y el fósforo además de vitaminas de tipo B. Aunque tiene una grasa algo más elevada que los pescados azules, si bien es similar al ofrecer ácidos grasos esenciales omega 3, EPA y DHA.
El fósforo que contiene el pescado blanco es beneficioso para la estimulación del cerebro y la memoria, ideales para etapas de crecimiento y también para la vejez. El calcio también ayuda al fortalecimiento y crecimiento de los huesos. Además, el valor calórico de una ración de pescado blanco es de tan solo 110 gramos, 120 kcal.
Tipos
Los pescados blancos más conocidos por todos y consumidos especialmente en España, son la merluza, con alta riqueza en toda clase de vitaminas: B1, B2 y B3. Además es bajo en grasa, de tipo Omega-3. La merluza se suele recomendar para personas que tienen problemas cardiovasculares y cerebrales.
Otros pescados blancos son el abadejo, que es muy rico en yodo; el bacalao fresco, con altas propiedades; la dorada, alta en vitamina E; el lenguado, que nos aporta grandes cantidades de vitamina B6; y el mero, bueno en vitamina B1. Además dentro de este grupo está la lubina, el mero, el cabracho, la gallineta y el rodaballo, del que se hacen excelentes y sabrosos platos en toda la geografía.