Revista Cine
Saúl Bass, uno de los lectores y comentaristas del blog, me pidió que rescatara mi crítica de 2046, de Wong Kar-wai. Va lo que escribí de esta cinta cuando se exhibió por vez primera en México, en el desaparecido FICCO 2006.
En alguna escena de 2046 (Ídem, China-Francia-Alemania-Hong Kong, 2004), un personaje le dice al escritor de novelas de artes marciales Chow Mo Wan (el astro pan-chino Tony Leung Chiu Wai) que debería cambiar el final de uno de sus textos por un desenlace más feliz. Chow medio sonríe y musita: “veré qué puedo hacer”. Por supuesto, fracasa: el escritor queda pasmado frente a la hoja de papel sin poder borrar ni agregar un ideograma. Chow no puede cambiar nada… ¿o será que no quiere hacerlo? Eso mismo podríamos preguntarnos ante 2046, la más reciente cinta del maestro hongkonés del amor/desamor romántico Wong Kar-wai, estrenada en nuestro país dentro de la sección de galas del FICCO 2006: ¿Wong será capaz de cambiar, transformarse, evolucionar? O, en todo caso, ¿querrá hacerlo? Una suerte de secuela/expansión de su anterior película Deseando Amar (2000), 2046 nos muestra a Chow de regreso a Hong Kong y convertido en un endurecido y cruel play-boy. Así, el Chow de un impecablemente bogartiano Tony Leung puede pasar la noche con su antigua novia Lulu (Carina Lau) para luego iniciar una tormentosa relación con la temperamental Bai Ling (Ziyi Zhang), servir de “celestino” de la jovencita enamorada Wang Jing Wen (Faye Wong) y, después, recordar su efímero affaire con una misteriosa tahúra (Gong Li, nada menos), aunque nada de esto lo podrá hacer olvidar a la única mujer que realmente ha amado: la bellísima señora Su (la diva Maggie Cheung en un brevísimo cameo), quien lo (y nos) hipnotizó con su caminar y su mirada en Deseando Amar. Wong no podría hacer una película fea aunque lo intentara. Todo superficie, todo textura, todo sensación, 2046 es una intoxicante “cinta-summa” temática/visual de la obra de Wong. Temáticamente, el filme es una extensión (otra más) de las mismas preocupaciones de siempre del cineasta hongkonés: Chow y Bai juegan a las vencidas amorosas como los amantes gays de Happy Together (1997), todos y cada uno de los personajes se abandonan y se reconcilian como si fueran volátiles habitantes de Chunking Express (1994) y todos ellos saben que para evitar ser rechazado hay que rechazar primero, como en Ashes of Time (1994). El amor, pues, como un espacio de lucha, sueño, anhelo, nunca realización. Visualmente hablando, 2046 es aún más estilizada que Deseando Amar -si es que esto es posible-, mientras la cámara de Christopher Doyle y sus dos colaboradores toma a los personajes fragmentados, reflejados en espejos, mirando hacia fuera del encuadre. No pueden ocupar el mismo espacio en pantalla porque nada –a no ser su incapacidad de encontrar el amor- los une. Tampoco en la novela de ciencia ficción que escribe Chow sus criaturas encuentran el descanso. ¿Cómo podrían hacerlo?: su creador tampoco lo ha logrado.Y aquí vuelvo a la pregunta inicial: ¿Wong querrá cambiar de tema, de estilo, de obsesión? Para ser franco, yo espero que no. De hecho, espero que nunca.