Revista Arquitectura

Planos de arquitectura

Por Arquitectamos
Veo que en muchos proyectos de arquitectura los planos se separan por temas, y eso me parece muy bien. Lo que me parece fatal es que una de esas series de planos se llame "arquitectura".
Planos de arquitectura
Llevamos toda la vida sosteniendo que la arquitectura es un todo orgánico y que está constituida por la confluencia de las técnicas y destrezas más variadas: estructura, fontanería, climatización... Todo es arquitectura. O, mejor dicho, la arquitectura es el resultado de todo ello. Y así nos lo enseñan en las escuelas, en las que se nos da un alto nivel, muy exigente, en todas esas competencias.
Pues bien: Ahora resulta que nosotros mismos decimos que "arquitectura" son solo las plantas, las secciones y los alzados, y solo si no portan ninguna información "técnica".
Vaya una mierda. Nosotros mismos estamos diciendo que la arquitectura es solo la fruslería, el oropel y la martingala. Y luego nos queremos hacer respetar. Así nos va.
Siempre me ha llamado la atención -y ya lo he contado aquí alguna vez- que en muchos libros de historia del arte se hable, por ejemplo, de la arquitectura gótica como un "estilo" de gran ansia espiritual de elevación, de mucha afición por la esbeltez y por la altura, que aligera la masa un tanto retaca del románico y se levanta hacia el cielo con grácil ligereza. Y lo cuentan como si solo entonces a los constructores les hubiera apetecido ser así. No. De eso nada. El afán de altura, de levedad, de vencer a la gravedad, es una constante eterna de la arquitectura, y a veces se ha logrado alcanzar porque se ha tenido la técnica necesaria para hacerlo.
Yo entiendo mucho mejor el gótico cuando me hablan de líneas de fuerza, de arbotantes y de arcos que cuando me hablan de ansiedades y melifluosidades varias. Entiendo que arquitectura es el ansia de altura, de espacio, de forma, de luz, y es -por ello y con todo ello- la técnica para llevarlo a cabo.
Decía García Lorca, en palabras siempre citadas por Oiza: "Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios -o del demonio- también lo es que lo soy por la gracia de la técnica". En efecto, para ser poeta hay que tener esa chispa, esa gracia de Dios o del demonio, pero eso por sí solo no lleva a nada. Hay que tener la técnica, el oficio y los conocimientos necesarios como para plasmarlo en un poema eficaz.
Con la arquitectura pasa igual: No podemos dibujar una planta precisa si no tenemos la técnica de la estructura, de las bajantes y de todos los demás requerimientos.
Comenté esto con algunos amigos y me dijeron que es que algunos colegios obligan a trocear el proyecto para mandarlo a visar colocando diversos ficheros en diversas casillas, una de las cuales se llama "planos de arquitectura". En el mío se manda un solo documento pdf con todo, pero por ejemplo en el de Madrid sí se han de enviar varios, y uno de ellos, PA, se describe como: "Planos de definición arquitectónica del edificio", que no es una expresión que me satisfaga, pero es que el fichero se ha de titular "Planos de Arquitectura", que termina de matar cualquier matiz que pudiera tener aquella descripción.
Planos de arquitectura (Pantallazo de la web del COAM)
Por lo tanto no es cosa nuestra, sino que algunos colegios (nuestros representantes y valedores ante el mundo) ya nos dicen de antemano (y nos lo exigen) que los planos de arquitectura son solamente las plantas, los alzados y las secciones, pero no las que tengan especificaciones técnicas, sino solo las "bonitas".
Planos de arquitectura (En el escritorio del ordenador de un arquitecto alienado)
Por lo tanto, según nuestros colegios (y algunos compañeros que han adoptado la murga), no son arquitectura los detalles constructivos, ni las especificaciones de materiales, métodos y procedimientos, ni las cimentaciones, ni las estructuras, ni las instalaciones de ningún tipo, ni las carpinterías más allá de lo chulas que queden en los alzados, ni la eficiencia energética, ni... Ni nada de nada.
Según nuestros colegios (y algunos compañeros que han adoptado la murga), la arquitectura es soñar con que la catedral gótica se eleve milagrosamente y aspire a la esbeltez, a la ligereza y a la luz, y llamar después a alguien que sepa llevar eso a cabo, nuestro ingeniero primo de Zumosol, que nos saque las castañas del fuego y que nos resuelva el edificio en todo.
Según nuestros colegios (y algunos compañeros que han adoptado la murga), la misión del arquitecto es monear y no hacer nada de provecho, y la del ingeniero es resolver el desaguisado.
No estoy de acuerdo. No me gusta esa actitud de nuestros colegios. Es más: protesto.
(Una cosa es que podamos y debamos colaborar varios -y muchos- profesionales en proyectos complejos, y que necesitemos ese fértil intercambio, y otra muy diferente es que de entrada nos declaremos incompetentes y, sobre todo, despreocupados).
Protesto airadamente porque quien tiene que defendernos proclame descaradamente que nuestra profesión es solo una parte mutilada de nuestra profesión, y que indirectamente esté dando la razón a todo aquel que quiera recortarnos competencias (que, no lo vais a creer, pero los hay). Queda con ello establecido oficialmente lo que es vox populi: que los arquitectos no sabemos calcular nuestras estructuras ni diseñar nuestras instalaciones, que somos incompetentes y que necesitamos que alguien nos las haga.
Después vendrán las protestas, las frases grandilocuentes, los cantos a la integridad de la arquitectura, las palabras hermosas y sentidas, pero los colegios llevan años diciendo en sus propias normas internas de visado (y nosotros asumiéndolo con consuetudinaria despreocupación) que la arquitectura es solo plantas, alzados y secciones sin detalles técnicos de ningún tipo y sin chicha ninguna.
Después lloraremos. Después querremos defender nuestra profesión y nuestra competencia, pero ya estamos diciendo para lo que servimos: Para muy poco.

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