(Rosalía Sánchez, Berlín, 24/01/2011)
Rusia ya ha dado por zanjada la investigación de forma definitiva, pero a muchos polacos no les convence la versión de Moscú y las autoridades de Varsovia tienen preparado ya un Tupolev-154 para reconstruir con todo lujo de detalles el accidente de avión en el que falleció el presidente del país, Lech Kaczynski, junto a otras 95 destacadas personalidades polacas, en abril de 2010, con el fin de esclarecer del todo el caso.
En Varsovia ha causado indignación que el informe final culpe indirectamente del accidente al presidente Kaczynski por haber insistido en que el avión tomase tierra, en contra de las instrucciones que daba la torre de control rusa, de forma que el gobierno está dispuesto a llevar el asunto hasta sus últimas consecuencias y el jefe de gobierno, Donald Tusc, ha advertido que "si es necesario habrá que recurrir a organismos internacionales para que medien en el conflicto".
Reconstrucción para demostrar un fallo humano
El encargado de la reconstrucción del trágico accidente es Miroslav Grokhovsky, a cargo de la comisión de investigación, que confía en que "una repetición del vuelo y de las comunicaciones que tuvieron lugar durante el mismo aclare importantes lagunas". Para ello tiene ya preparado un Tupolev-154 exactamente igual al avión presidencial que se estrelló en el monte de Smolensk, el único vehículo de este tipo a disposición del 36 Regimiento Especial de la Aviación de la Fuerza Aérea de Polonia, que se ocupa del transporte de los funcionarios polacos de alto nivel.
"Nos interesa sobre todo determinar la visibilidad que tiene la aeronave cuando se acerca al punto de aterrizaje, para lo que será necesario reproducir fielmente la trayectoria del avión y en unas condiciones meteorológicas lo más parecidas que sea posible a las del día del accidente", señala Grokhovsky, que no está de acuerdo con el resultado del informe ruso y tratará de demostrar que la causa del accidente no fue un fallo humano de la tripulación, sino algún error en las instrucciones o un fallo en el avión, de fabricación rusa.
La comisión parlamentaria ha descartado incluir en el vuelo de reconstrucción a pasajeros que tomasen el papel de las víctimas del accidente, como había aparecido en la prensa polaca, y las autoridades han advertido que, durante la reconstrucción, que no tiene aún fecha fija, Polonia elevará si nivel de alerta de seguridad, sin especificar detalles.
Un año después, continúa la polémica
A medida que se acerca el aniversario de la tragedia y en año electoral, la polémica sobre el accidente vuelve con fuerza a la vida política en Polonia y se ha convertido en el principal caballo de batalla del partido Ley y Justicia (PiS) del hermano gemelo del difunto presidente, Jaroslaw Kaczynski.
El gobierno se esfuerza por que hacer frente a los ataques del PiS al mismo tiempo que intenta no entorpecer la nueva dinámica de relaciones con Rusia.
Media Polonia piensa que Lech Kaczynski fue el principal responsable de la tragedia y acusa al PiS de instrumentalizar la tragedia mientras para la otra media el difunto presidente es un mártir asesinado por los servicios secretos rusos.
Algunas anomalías desveladas por los medios polacos, como el hecho de que el avión siniestrado no estuviera asegurado o el saqueo de los cadáveres tras el accidente, han impulsado al gobierno a rechazar por "incompleto" el informe de Moscú.
Los ministros del Interior y Defensa, Jerzy Miller y Bogdan Klich, culpan exclusivamente del origen de la catástrofe a los controladores rusos. El coronel Miroslaw Grochowski asegura que "los controladores, sometidos a presión interna, cometieron muchos errores, y no aportaron suficiente ayuda a la tripulación del avión polaco durante su aterrizaje en condiciones extremadamente difíciles".