Tenemos razones más que sobradas para desconfiar de nuestras razones; tras tantos años de historia de Humanidad no hemos dado aún en el clavo de cómo ser socialmente humanos, a las pruebas me remito. El mundo hoy deja mucho que desear en este aspecto. Las guerras y disensiones se hacen interminables, las diferencias sociales aumentan de modo alarmante, seguimos contando con “superpoderosos” económicamente hablando, que viven de la miseria de otras personas y de los que toleramos porque “no se puede hacer nada”.
Si hemos fallado hasta el momento en la construcción de un mundo viable, siempre socialmente, y desde la perspectiva humana; no podemos pretender que, más de lo mismo, pueda seguir siendo la salida a tener en cuenta; se impone una renovación sistemática y sistémica. Mientras sigamos pensando con las mimbres que hemos pensado siempre, el tejido que obtendremos será devorado por la polilla del capital.
No estamos para pruebas, urge encontrar soluciones y tampoco basta con ir tirando con lo que tenemos, porque nos perpetuamos en un cambio que se nos escapa de las manos, un cambio que vamos aplazando sine die, como si le temiéramos. Por eso, cuando nos planteamos desde este sector de población que podemos denominar “activo” o “despierto” la creación de un nuevo partido que aporte las soluciones necesarias, donde todos los demás han fallado estrepitosamente, algo chirría en mi conciencia. La partitocracia es una memocracia repleta de corruptelas, es terreno abonado al inmovilismo, a la degeneración social.
¿Queremos volver a repetir la historia de la humanidad? No tenemos más que seguir haciendo lo que siempre se ha hecho, quitamos un parche y ponemos otro y todo sigue igual, haciendo aguas por doquier. ¿Es ésto lo que queremos?
Necesitamos con urgencia hacernos responsables de nuestra propia historia, adueñarnos de este tiempo, porque nos pertenece, no podemos dejar en manos de nadie decisiones que nos atañen, ni siquiera por delegación; así que la única salida viable pasa por una democracia directa, en la que tomemos el poder la ciudadanía, participando directamente de los temas que a tod@s nos incumben y restando poder a una clase política en franca connivencia con el capital. Necesitamos quitarnos la vitola de que la política es para los políticos, que nosotr@s bastante tenemos con trabajar. La política emana del pueblo y es el pueblo quien debe decidir sus designios, lo contrario es someterse a la impunidad de otros propiciándola, baste con el ejemplo del gobierno que actualmente sufrimos en España; nunca, desde la dictadura, habíamos tenido un gobierno que ejerciera tan de espaldas a los intereses de la ciudadanía; y, sin embargo, aún cuentan con un considerable apoyo por parte de ésta, de modo que pueden pasear a pecho descubierto sin que nadie les roce, eso sí, rodeados por las fuerzas del orden que tú y yo les pagamos. Dominan los medios de comunicación, manipulan cuanto quieren, y como bobos asistimos a su esperpéntica representación de lo que es un gobierno popular, por cierto, que este “Popular”, figura en sus siglas, otra prueba más de su desfachatez, de su falta de veracidad y de vergüenza.
Acabemos con estas normas no escritas que se nos han venido imponiendo desde los albores de la humanidad, somos ciudadanos adultos, han pasado varios milenios en los que hemos podido abrir los ojos, la sumisión no es más que una comodidad de trágicas consecuencias. Recupera tu responsabilidad, la tienes para contigo mism@, y también para con aquellas personas a las que amas, la tienes para con una humanidad que no espera de nosotr@s otra cosa que éso, que seamos humanos.
Es tu tiempo, tú decides, es tu historia, no dejes que nadie la escriba por ti.
Antonio Baeza
http://cartagena.democraciarealya.es/2013/11/17/por-eso-mismo/