Y digo por fin porque la última de nuestras libélulas en salir, la gran Aeshna cyanea, es también probablemente la más difícil de fotografiar. Odonato de buena talla, unos 70 mm, es un volador incansable y un gran cazador. Se pasa mucho tiempo en el aire, indagando cada rincón en busca de sus presas. Y muchas ocasiones caza alejada de las masas de agua, si en otoño vemos una libélula grande cruzando delante de nuestras narices seguramente será una Aeshna cyanea.
Después de localizar varios ejemplares en diversos puntos de Gozón al fin este fin de semana se me posó cerca un precioso macho en el tramo final del arroyo de Bañugues, sobre unas zarzas. Allí pude deleitarme un buen rato con su preciosa coloración, mezcla de azul, negro y verde, y con los dos segmentos finales del abdomen, totalmente azules, característicos de la especie.
Es este último un buen rasgo para diferenciarla de la otra Aeshna que vuela por estas fechas, la Aeshna mixta, algo más pequeña y más abundante, que presenta los dos últimos segmentos muy manchados de oscuro, como se ve en este macho fotografiado también en Bañugues.
Además de ser más pequeña, unos 60 mm, esta otra Aeshna en vuelo aparece más azul, ya que los tonos verdes están menos presentes. Por otro lado, no sé si es definitivo o no pero yo lo he apreciado varias veces, la Aeshna mixta tiende a posarse en posición más horizontal u oblicua, mientras que Aeshna cyanea lo hace en una posición más vertical.
Ambas libélulas volarán por nuestros campos y arroyos hasta bien entrado el mes de noviembre, e incluso si el otoño viene cálido algunas aguantarán hasta diciembre. Cuando desaparezcan prácticamente se cerrará el ciclo anual de los odonatos del concejo, hasta el próximo mes de abril en que volverán a asomar las especies más tempranas.