Estos días pasados hemos tenido un buen debate en la sección micro de este blog. Se ha tratado sobre el tema de una empresa cervecera que tiene un producto que quiere introducir con el concepto de "cerveza para toda una comida". Están usando a los medios del 2.0, entre otras cosas, para lograrlo. Algunos de estos medios cobran por hacerlo. Otros se avienen a asistir a los eventos que se organizan y hablan o no de ello. Quienes cobran para hablar de la bondad de ese producto a veces indican que están a sueldo (aunque sea esporádico, sueldo es) de esa empresa. Pero a veces se les olvida. Sobre todo cuando hacen microblogging. A mí todo me parece bien menos que me hagan comulgar con ruedas de molino. Y por eso he sido un poco beligerante, no tanto con el hecho de que una empresa pague, otros cobren y se hable del producto (es la ley del mercado y así algunos la acatan), sino de que se insista (sin atisbo de duda razonable y general asentimiento) en que el tal producto se puede combinar con cualquiera de esos alimentos que, a ratos, tan difíciles nos parecen de casar. La alcachofa es el paradigma, y no me extiendo en ello porque no es el tema de hoy. El tema, de ese debate y de hoy, es que los blogueros han representado la quintaesencia de la independencia de opinión en la red y en un medio, por lo general, propio. Hay otros medios que siempre han opinado con libertad, por supuesto. Y hay blogueros que ya no opinan libremente, por supuesto. Todo me parece respetable, siempre que se actúe con transparencia y se expliquen bien las cosas. David, en un post reciente, lo explica mucho mejor que yo.
Uno de los mandamientos que me he impuesto es que no cobro por hacer publicidad de nada, sea ésta abierta o encubierta. Cuando hago publicidad, es porque quiero ayudar a difundir actos, acontecimientos, ideas que me parecen relevantes, en la medida en que ustedes, lectores, se dejen convencer. Y suelo hacerlo por razones bien distintas. Voy a poner tres ejemplos. En una semana me han llegado varias peticiones de publicidad, es decir, de difusión de actividades. Publico las que me parece oportuno publicar (por eso soy mi jefe único) y lo explico. El primer cartel es un anuncio de futuro. Presente, presente, todavía tienen poco los vinos del Pirineu catalán. Pero futuro...¡tienen un montón! Esta es la segunda feria que organizan los productores de Talarn, Vilamitjana y Orcau y merece la pena conocer in situ qué y cómo hacen vino y con qué lo toman. El segundo cartel anuncia la actividad de unos queridos amigos, tanto los del Bar Seco como los de Vino Artesano. Quizás con eso bastaría, pero si me quedara aquí, traicionaría un poco el sentido de este post. El Bar Seco es uno de mis sitios preferidos en un barrio, el Poble Sec, que visito con frecuencia. Bar de sensibilidad vegetariana, buenos vinos y cervezas y espíritu de cine de verano al aire libre. Encantador y con buena comida.
Los de Vino Artesano son como mis hermanos. Les veo menos de lo que debiera pero les quiero siempre. Y siempre pienso en ellos. Además, venden algunos de los mejores vinos de la ciudad, a pelo, sin artificios ni en la botella ni en la comercialización. Una de las garnachas de ensueño de les Corberes, la de Fhal. Uno de los productores que ha elevado la sumoll espumosa a los altares, Can Ramon del Garraf. Uno de los más sensibles y animales productores del Priorat, Fredi Torres. Y el único tipo que sabe hacer de "négociant" en Catalunya, Oriol Pérez de Tudela. En cuanto al tercer cartel, Masroig Vi Solidari, bastaría con enumerar la lista de alguna de mis bodegas preferidas en la DO Montsant (en la parte inferior izquierda del cartel). O decir que el Masroig guarda como un tesoro algunos de los mejores viñedos de la zona. O apuntar a la amabilidad y camaradería de sus gentes. Pero no hace falta. Es más sencillo: tienen que ir ustedes y comprar el vino especialmente embotellado por todas las bodegas para la ocasión. Para los locos del vino, es ocasión única: etiqueta única, buen vino. Para el resto, se trata de que todo el dinero recaudado va a parar a un hospital que trata a niños enfermos de cáncer.
Por todas estas razones, y algunas más, hago publicidad gratuita y nada encubierta. El día que me paguen por escribir algo; o me hayan pagado por una actividad relacionada con el producto del que escriba, también lo diré. Y ustedes, como siempre, decidirán si se van o se quedan.