Revista Pareja

¿Por qué siempre se repiten las mismas situaciones en tu vida? (la respuesta no te sorprenderá…pero la solución, sí).

Por Cristina Lago @CrisMalago
¿Por qué siempre se repiten las mismas situaciones en tu vida? (la respuesta no te sorprenderá…pero la solución, sí).

¿Tienes la sensación de que en tu vida se repiten las mismas situaciones y no sabes qué hacer para que cambien? La manera de conseguirlo es justamente la contraria de lo que piensas.

No todos los hombres son iguales. No todas las mujeres son iguales. No todas las situaciones son iguales. Entonces ¿por qué a menudo nos encontramos con el mismo tipo de hombres, mujeres y situaciones mientras que otros no parecen tener el mismo problema? Porque tanto los hombres, como las mujeres, como las situaciones que se repiten en tu vida están relacionados con aquello en lo que crees y con la imagen que tienes de ti mismo/a. Podríamos adornarlo más, pero realmente, no hay más.

La mayoría de la gente que ya tiene un cierto advanced en inteligencia emocional ya conoce esta realidad, si bien no siempre sabemos qué hacer con ella. Por supuesto, la toma de consciencia es un primer paso muy importante y a mis clientes y lectores les animo a que no tengan miedo alguno en dar luz a todo aquello de lo que tienen miedo, porque al final, las consecuencias son todo beneficios.

Además, el tomar consciencia, produce mucho alivio. Cuando estamos inmersos en nuestros bucles de vivencias, podemos sentirnos como si algún extraño y oscuro demiurgo estuviese al mando de nuestras existencias, abocándonos a cosas sobre las que no tenemos control alguno.

Cuando uno ya identifica que ese demiurgo no es Lord Voldemort, sino un montón de creencias inconscientes, empieza a darse cuenta de que quizás, sólo quizás, él también puede tomar el timón del barco y es algo muy satisfactorio. Pero muchas personas caen en el error de pensar que la toma de consciencia significa que ya han llegado al final del asunto, cuando apenas estamos al inicio del mismo.

Entonces, ocurre que se van al extremo opuesto, escogiendo vivencias que no tengan nada que ver con esos patrones que hemos descubierto y que tantos sinsabores nos han dado. Esto hace que sintamos obtener el control de los acontecimientos y como nos gusta más tener el control que comer con las manos, a partir de este momento empezaremos una etapa muy interesante en la que aprenderemos que vivir con la cabeza, en lugar de con la pasión y la emoción, no es tan seguro como creíamos. Cuidado, que ahora vienen spoilers.

El camino a partir de ahí pasa normalmente por empezar a escoger nuevas situaciones y personas que nos ofrezcan la ilusoria idea de que hemos cambiado y ahora tenemos el control. Es una respuesta muy humana y muy normal, y quizás por un tiempo nos hará sentir seguros, si bien no muy vivos del todo. En realidad, el inconsciente sigue al frente del barco, riéndose bastante de nuestros intentos, pero aún no lo sabemos. Hay gente que se queda ahí para siempre, pero espero que mis locos de amor ya sean suficientemente espabilados como para saber que tiene que haber algo mucho más interesante que todo esto.

Y es que si seguimos por aquí llegamos a la última fase de la historia, donde se produce una encrucijada emocional que a muchos os sonará de cerca.

Cambiar mis patrones, hace que sufra menos, pero a la par, siento que no disfruto plenamente y que las cosas no me llenan como debería.

Volver a mis patrones me da terror, pero realmente cuando vivía así, sentía mucho más.

Si has llegado hasta este punto, enhorabuena, porque te va a venir muy bien lo que te cuento a continuación.

¿Qué tengo que hacer para cambiar mis patrones? (Os recuerdo la pregunta)

Elemental, queridos Watson: hay que volver hacia ellos. Y darles un abrazo. E invitarles a unas birras, también.

Nunca se trató de huir del lobo, aunque huir del lobo te enseñó algunas cosas, te hizo cambiar otras y te vendrá de maravilla para lo que viene a continuación. Todo esto que aprendiste te va a acompañar para cuando vuelvas a encontrarte con el lobo. No eres el mismo, ni la misma, de antes. No lo olvides.

En el año 1993, una sencilla comedia romántica nos dio, quizás sin pretenderlo, la respuesta definitiva al problema de la repetición. Era “The Groundhog Day”. En España, la conocemos como “Atrapado en el tiempo”.

En ella Phil, un reportero egocéntrico y amargado, llegaba a Punxstawnwey con su cadena televisiva, con el objetivo de cubrir los festejos del Día de la Marmota. Tras una fuerte tormenta, Phil se despierta repitiendo el mismo día. Cada vez que se levanta, debe enfrentarse a la misma sucesión de encuentros, situaciones y acontecimientos. Al principio, Phil está totalmente desconcertado. Piensa que se ha vuelto loco, trata de averiguar qué está pasando, lo niega…Después, empieza a ver las ventajas de la situación y aprovecha para transgredir límites y divertirse, pero el día de la Marmota sigue repitiéndose y todo – el desfase, la diversión y la desesperación – se difuminan y pierden el sentido.

A partir de ese momento, Phil empieza a fijarse en lo que le rodea. A fijarse amplia, profunda, conscientemente. Su situación pasa de enfocarse en sobrevivir al Día de la Marmota, a vivir ese único y repetitivo día de la mejor manera posible cada vez, aceptando, por fin, que no puede dejar lo de vivir para mañana. Porque en su caso, literalmente, el mañana no existe.

Todos vivimos, de una manera u otra, en el Día de la Marmota. La vida es un largo día de hoy, donde todo se repite para darnos muchas oportunidades de hacer todo un poco mejor cada vez. Que personas y situaciones se repitan, no es algo que deba agobiarnos o preocuparnos. Si nos damos cuenta de esto, nos ahorraremos un montón de tormentas mentales innecesarias. Los patrones se repiten porque tus percepciones y creencias, tus límites y tus miedos son los mismos. El lobo sigue ahí, independientemente de tus esfuerzos de evitarlo. Porque el lobo no era un error en Matrix, era la señal de que Matrix existía.

De modo que, para cambiar patrones, para acceder a un día de mañana, se trata de aceptar con naturalidad que las cosas van a repetirse y de dar las gracias porque cada vez que se repite algo en tu vida, se te está dando una nueva oportunidad:

Para decir que sí, cuando antes decías no.

Para decir que no, cuando antes decías sí.

Para entrar por ese camino por el que pasaste de largo mil veces.

Para evitar ese atajo que era más cómodo, pero en el que siempre acababas mal.

Para acabar las tareas pendientes.

Para tomar nuevas decisiones.

Como acompañamiento para este texto, os recomiendo, por supuesto, ver ‘Groundhog Day”, de principio a fin. Como mínimo, habréis disfrutado de una comedia muy simpática. Y si vais más allá, podréis descubrir – como Phil – que para cambiar, es necesario enfrentarse a lo mismo…muchas, muchas veces.

– ¿Qué haríais vosotros si estuvieras atrapados en un sitio y cada día fuera el mismo y nada importara?
– Ese es el resumen de mi vida


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