La charca de Condres, cerca de Antromero, es un pequeño humedal de origen antrópico, ya que se trata de una antigua cantera para la extracción de arcilla. No tiene poblaciones muy importantes de aves, aunque siempre presenten cierto interés, y de vez en cuando depara pequeñas sorpresas. Por ejemplo, ayer 13 de enero localicé un grupillo de 6 porrones moñudos Aythya fuligula (3 machos y 3 hembras) nadando en sus aguas.
Porrón moñudo Aythya fuligula Tufted duck
El porrón moñudo es un pato buceador típico, de aspecto rechoncho y de talla mediana a pequeña. Mide entre 40 y 47 cm, y pesa entre 0,6 y 1 kg. El macho es muy característico, de color negro y con los flancos blancos rectangulares muy definidos; la hembra es mayoritariamente parda, con un tono más oscuro en cabeza y dorso. Ambos sexos presentan el moño o cresta, aunque sólo es largo y caído en el macho en plumaje nupcial; también son típicos de la especie los ojos amarillos y el pico azulado con la punta negra.
Es una especie muy extendida en el Paleártico, desde Centroeuropa al extremo de Asia, eligiendo para nidificar las aguas remansadas con vegetación en las riberas, que es su hábitat preferente también durante el invierno. En Asturias hay registros esporádicos de algunas parejas que han nidificado con éxito, aunque muy escasos. Se alimenta de pequeños pececillos, invertebrados o incluso materia vegetal que captura buceando hasta unos 4 m de profundidad.
Como todas las anátidas, se comporta como una especie migratoria; los primeros individuos pueden verse ya en Asturias a finales del verano, pero no es hasta el mes de noviembre cuando se produce la mayor arribada de ejemplares. Curiosamente en este pato apenas se nota la migración, y la mayor parte de los que llegan se quedan a pasar el invierno; lo cual indica que la invernada es más norteña que en otras especies. La partida de invernantes se suele producir a partir demediados de febrero, y en marzo ya quedan pocos.
Esta población invernal asturiana se encuentra sobre todo en humedales del área costera central (embalses y charcas), con muy pocos ejemplares en otras zonas. Se han registrado grandes fluctuaciones en sus números, bastante importantes en los años finales del siglo XX, entre 500-600 aves, una parte muy importante del total ibérico, pero desde entonces se ha notado un apreciable descenso.
Además del grupillo de porrones, en la charca localicé una gallineta y una focha, la cual se puede ver en la última foto.