No me resisto a escribir esta breve apostilla a la nota sobre Portocolom. Hablaba de uno de los locales Poulidor (ya sabéis, esos que parecen eternos segundones, pero en los que se come bueno o muy bueno, puede que no muy bonito y, seguro, barato): Sa Cova dets Ases. En nuestra última noche repetimos. No sólo me llevé esta (para mí) preciosa foto de los tres chavales que, tras un duro día de trabajo en el puerto, habían sentido la tremenda emoción de un tensísimo sedal y mostraban, con orgullo y satisfacción, los 70 cm de presa. (Nota: intentaron vendérnosla...). También descubrí que la cocina de Sa Cova es mucho más de lo que había intuído: buenos "pa amb olis". Para prueba, el menú que se cantaba entre mesas esa noche (en el interior del local, no en la terraza...): pinchos, codornices, lengua de ternera, conejo encebollado, pulpo, callos, pies de cerdo, llampuga en adobo, morro de cerdo...un auténtico alucine, de veras. Y también tengo que corregir porque el amigo que nos invitaba pidió vino y, aunque no vi en realidad qué tenían (carta no, por supuesto), nos tomamos un ÀN/2 2008 que estaba realmente espléndido. Y con copas que eran de vino. Estaba algo evolucionado pero se mostró goloso y ligero al mismo tiempo, con mucho terciario bien puesto: madera vieja, hoja de tabaco, y buena fruta (mora) bien madura. Con la llengo que yo tomé, estuvo superior. Las cosas en su sitio y quede Sa Cova dets Ases como nuevo referente ya en categoría superior, tanto para el comer como para el beber y el estar.