La lavandera boyera de la subespecie ibérica Motacilla flava iberiae es frecuente criando en los campos de Gozón. Una vez terminada la reproducción y cuando los pollos ya son independientes esta especie permanece durante un tiempo junto a nosotros realizando su muda postnupcial, que es completa en el caso de los adultos (mudan todas sus plumas) y parcial en el caso de los juveniles, que mudan las plumas del cuerpo y algunas coberteras.
Para la última semana de agosto la mayor parte de los ejemplares ya han terminado de mudar y comienzan a acumular grasa con el fin de preparar su largo viaje migratorio a tierras africanas. Los machos son distintivos, presentando los rasgos de nuestra subespecie ibérica, en especial la cabeza azulada y la garganta blanca.
Algunos ejemplares están anillados ya que en la zona de Verdicio donde están tomadas estas fotos se anilla con cierta intensidad.
Los juveniles ya presentan el aspecto de primer invierno, se hace algo complicado distinguirlos de las hembras, que presentan los rasgos más marcados: la cabeza contrastando con el resto del cuerpo, la ceja más notoria y el plumaje de las partes inferiores más limpio.
Estas fotos fueron tomadas el pasado día 4 de septiembre en los prados de Verdicio, donde aún quedaban unas cuantas lavanderas, en sus últimas jornadas por la zona este año. A mediados de septiembre se verán lavanderas en migración procedentes de otras zonas de Europa y diferentes de las nuestras, ya que pertenecen a otras subespecies.