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Presencias extrañas (Charles Guard, Thomas Guard, 2.009)

Publicado el 24 abril 2011 por Rugoleor @rugoleor

Presencias extrañas (Charles Guard, Thomas Guard, 2.009)

Presencias extrañas (Charles Guard, Thomas Guard, 2.009)

4,631

Estadísticas:

Crítica: 5,362 Público: 5,549 España: 3,823 Rugoleor: 4,631

Espectadores: 192.175 Recaudación: 1.119.720,71 € Visitas: 0 Popularidad: 0,00%

Ficha:

Título original: The Uninvited

Directores: Charles Guard, Thomas Guard

Guionistas: Craig Rosenberg, Doug Miro, Carlo Bernard

Intérpretes: Emily Browning, Elizabeth Banks, David Strathairn, Arielle Kebbel, Maya Massar

Productores: Roy Lee, Laurie MacDonald, Walter F. Parkes

Fotografía: Daniel Landin

Música: Christopher Young

Montaje: Jim Page, Christian Wagner

Nacionalidad: Estados Unidos, Canadá, Alemania

Año: 2.009

Duración: 89 minutos

Edad: 13 años

Género: Drama, Misterio, Suspense, Terror

Distribuidora: Paramount Spain, S. L.

Estreno: 29-05-2.009

WEB Oficial: http://www.uninvitedmovie.com/intl/es/

Sinopsis:

En el inquietante thriller de suspense “Presencias extrañas”, un mortal combate de voluntades da comienzo cuando Anna regresa de una institución psiquiátrica e investiga las circunstancias que rodean la misteriosa y prematura muerte de su madre. Mientras Anna se recupera de la tragedia, su padre se enamora de Rachel, la antigua enfermera de su madre, y se la lleva a vivir a su casa. El disgusto de Anna pronto se transforma en horror al aparecérsele el fantasma de su madre, clamando venganza y señalando a Rachel con un dedo acusador. Cuando se padre se niega a escuchar sus advertencias, Anna y su hermana Alex, investigan el dudoso pasado de Rachel. Pero puede que Anna subestime a Rachel, quizás de una forma fatal.

 Comentario:

Inesperado remake de “Dos hermanas (Kim Ji-Woon, 2.003)”, cinta coreana que sobresalió en la última avalancha de terror oriental. Se trata de una revisión a la americana, muy alejada de su peculiar estética original y descaradamente orientada al público adolescente. Emily Browning y Arielle Kebbel son ahora las hermanas enfrentadas a la malvada madrastra (Elizabeth Banks), mientras reciben la visita de un fantasma que les avisa del inminente peligro.

 Crítica:

03.06.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA

Hermanas de sangre

Dos encantadoras hermanas, una malvada madrastra y una mansión encantada, son los mimbres de que se valen los debutantes realizadores británicos Charles y Thomas Guard para ofrecernos una curiosa mixtura de intriga y horror, donde lo sobrenatural también cuenta. A partir de ahí, no esperen encontrar en “Presencias extrañas” las habituales dosis de sustos, sadismo, erotismo y hemoglobina barata. Porque en el filme que hoy nos ocupa es la vertiente psicológica lo que prima sobre cualquier otra consideración. Al tiempo, la cinta incluye dosis de traumas infantiles, pesadillas nocturnas y presencias espectrales, propias de una trama engañosa, hasta la sorpresa final.

Como puede verse, la premisa es mínima, centrada sobre todo en la relación entre esas dos turbulentas hermanas, encarnadas con un estilo de baja intensidad por las atractivas actrices Arielle Kebbel y Emily Browning, abocadas al fin a un callejón sin salida, o al infierno de una noche sin fondo, como prefieran. Todo ello más sugerido que evidenciado, con lo cual la película no termina de atrapar al espectador en, por otra parte, bastante bien tendida tela de araña argumental.

Curiosamente, aunque “Presencias extrañas” es una nueva versión de un filme surcoreano, el título original, “The Uninvited”, está tomado prestado de su homónima película americana (en España estrenada como “Los intrusos”), realizada en 1.944 por Lewis Allen, con Ray Milland, Ruth Hussey y Gail Russell al frente del reparto. Así que no se hagan líos los buenos aficionados que siguen a pies juntillas este tipo de realizaciones. Por lo demás, los hermanos Guard se las apañan para dotar a la intriga de la imprescindible tensión, derivada de los fantasmas que acosan a sus protagonistas, en un conjunto menos posmoderno que otras películas del mismo estilo. Y ambos directores aciertan en filmar desde los ángulos más misteriosos, inundando lo que en el fondo es pura banalidad de una notoria sugestión visual.

02.10.2009 – JOSU EGUREN

Remakeando

Corea, Tailandia, Japón, Francia, España… Hollywood no se fija en el país de origen de las películas de terror que readapta, porque todas, da igual quiénes fuesen sus directores, son cortadas siguiendo un mismo patrón que diluye los rasgos genéticos de las originales.

Como bien apuntaba Jonathan Nossiter en su interesante documental “Mondovino”, los gurús anglosajones que controlan el mercado enológico están orientando los gustos de los consumidores hacia un tipo de vino global, un caldo excelente que satisface a casi todo el mundo, pero que muy pronto no sorprenderá a nadie. Algo parecido está ocurriendo con el cine de terror moderno, aunque en este caso la excelencia no es el punto de destino en el mapa, de tal forma que, salvo rarísimas excepciones, no importa cuál sea el grado de cinefilia del espectador de turno porque siempre va a reconocer un modelo que va más allá de la retahíla de convencionalismos y tópicos propios de cualquier género estructurado.

En este sentido, el ‘remake’ que nos ocupa es paradigmático. Los hermanos Guard filman una cinta insípida y asexuada copiando el guión original con el que Ji-woon Kim rodó “Dos hermanas”, y lo hacen aborregando un sugerente cuento de hadas que se acaba transformando en otro carrusel de pequeños sustos que apenas provocan el temblor de las aurículas más taquicárdicas.

“Presencias extrañas” es plana, sobreexplicativa y soporíferamente formal. No revisa, ni contextualiza la perversa relación de las dos hermanas coreanas, y lo que es peor, limita la interpretación de los fenómenos sobrenaturales por los que transita resumiéndolos en una única línea que niega la posibilidad de que cada espectador redacte su propio análisis final.

Tal y como están las cosas, no es extraño que miles de aficionados al género mediten cursar estudios en academias de idiomas orientales, porque el 90% de lo que se fotocopia en Hollywood sólo es apto para aquellos cinéfilos que sufran desórdenes sensitivos en el paladar.


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