Revista Vino

Prévost La Closerie fac-simile 2009

Por Jgomezp24
Prévost La Closerie Fac-simile 2009
 Anuncia la contraetiqueta:
"Champagne extra brut rosé. 12,5%.
Elaboré par Jérôme Prévost à Gueux.
Glissé en bouteille avant l'orage /
D'un été deux mille dix /
Parmi l'odeur du bois Mélèze /
A l'ombre du nouveau chai /
Dans la chaleur des petites Mains."
 Jérôme Prévost es uno de los vignerons de la Champagne que más me gusta y más me interesa. Su tradición la ha fabricado a golpe de tesón y de pasión. Heredó de su abuela dos Ha de pinot meunier en el viñedo llamado "Les Béguines" (en La Closerie, Gueux, a 2 Km al oeste de Reims), que ella arrendaba en "métayage" (forma de contrato por el que el arrendador paga el uso del campo en forma de cosecha y, en el caso del viñedo, de botellas). 1997. Tenía un amigo Pévost. Anselme Selosse...Le convenció para que empezara a trabajar él "Les Béguines" y le cedió un trozo de bodega en Avize. Hasta 2003 en que vinificación y embotellado se producen ya en Gueux. Prévost es el hombre "uno": una sola variedad, pinot meunier. Una sola añada, esto es siempre "vintagé". Un solo viñedo, "Les Beguines" (aunque tenga 0,2 Ha de chardonnay, pinot noir y pinot blanc). Suelos calcáreos y de arena compactada por 45 millones de años, con multitud de fósiles en su interior y la roca madre a 80 cm del nivel del suelo.  Sus  etiquetas no llevan certificado alguno, pero Prévost sigue los ritmes de la luna y de la naturaleza, no usa pesticidas ni herbicidas y deja que la uva madure sin ayudas externas. Su fórmula es sencilla: es cuestión de saber regular sus presencias y ausencias del viñedo. El mosto fermenta y envejece con levaduras de la fruta y de su campo en botas de 450 a 600 litros. No hay trasiegos y los vinos no son filtrados ni estabilizados y, tal y como nos explica el poema de la contraetiqueta, se embotellan tras las primeras tormentas de verano, en julio.
Todas las botellas son degolladas al mismo tiempo, tras 18 meses de reposo. Si mis cuentas no me engañan, pues (el detalle de la fecha no consta...), he cometido con esta botella la atrocidad de abrirla muy pocos meses después del degüelle. Mi experiencia me dice que habría que esperar por lo menos un año. Uno lee "extra brut" pero sabe que, por ahora y aunque el hombre está con sus experimentos, su champagne es "non-dosé". También se lee "rosé" y aquí hay que aclarar que Prévost sigue a pies juntillas la tradición de la tierra: su rosado se llama facsímil porque se parece al monovarietal (BdN) de pinot meunier, tiene su alma pero no es exactamente igual. Es un rosado de ensamblaje con un poco de chardonnay. Prévost cree que el 90% del vino se hace en el viñedo, con el que hay que relacionarse de una forma tranquila (léase poco intervencionista) pero muy regular. Su rosado es, en mi opinión, el vino donde su huella personal más se tiene que notar: no hay más que abrir la botella (por favor, una hora antes del consumo) y ver el extraordinario color del vino. Se percibe de inmediato que es un ensamblaje. Y se entiende, con el primer aroma, que este vino es la máxima expresión (en Prévost) de la cultura más enraizada en Champagne. La del ensamblaje: de uvas procedentes de viñedos separados, de vinos procedentes de añadas distintas, de tipos de uva distintos. Prévost siempre se ha expresado, con insistente personalidad, a la contra y aquí, en mi humilde opinión, con su "rosé", rinde homenaje a la tradición, a aquello que los niños aprenden desde pequeños en las casas de la región.
Ha habido un mínimo contacto del mosto con los hollejos de pinot meunier, que Prévost resuelve con una pincelada de chardonnay. Y ese rosado que parece tener voluntad de intenso, se convierte en algo difuminado, brillante, etéreo, más Dégas que Monet. Percibes que es un color inventado por Prévost y eso, por supuesto, no es negativo. Al contrario: es el mejor homenaje posible a su tradición. Coral rosado que lleva siglos lejos del mar, rosa acuarela matizada por el paso del agua. Finura extraordinaria la de la burbuja,  muy viva pero mínima. Acidez, frescor y viveza rampante en el primer olfato (mucho más reposo tras el degüelle, nos darían un champagne bastante distinto). Matalahúva, arándano rojo al principio. Endrinas y madroño después. Mucha endrina y bosque húmedo (¿"mélèze"?). Notas la pujanza de la pinot meunier y la sutilidad de la chardonnay. Es un vino delicado, con un cuerpo ligero y una personalidad arrebatadora, que se acomoda en el paladar sin estridencias, como perro junto al hogar. Quintaesencia de la Champagne aunque tenga un 90% de pinot meunier...Pero es que uno siente debilidad especial por esta variedad de uva. (No puedo decirles el precio de este vino porque podría ser que mi santa leyera este post. Pregunten a Julien, por favor, de La Part dels Àngels. Gracias).
Nota bene. No se pierdan la entrevista que Jérôme Prévost concedió a mi amigo Jordi Melendo para Mundovino. Me ha ayudado mucho a entender al tipo detrás del vino. La foto inferior procede de Bibendum Wine Co.  y ha sido hecha por James Broadway.
PS.  Ho sento, Valentí: no he pogut aguantar...
Prévost en blog.bibendum.com.au by James Broadway

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