Revista Cine
Primal (Josh Reed, 2010. Australia): relato de horror australiano, mixtura entre la posesión demoníaca y el survival y el cual, gracias a su ritmo, su alucinada y -lamentable- realización videoclipera, su duración (menos de hora y media) y su contenido gore (destacando el plano final que cierra el film) transcurre como un ligero tentempié, pese a la cero originalidad del devenir de la historia. Unos amigos estudiando las pinturas rupestres de un bosque. Pronto surgirá el caos al ser una de las chicas poseída por las fuerzas sobrenaturales que habitan esas pinturas. El desenlace, con esa especie de masa gigante, es totalmente fallido, además de cualquier cosa menos terrorífico. Muy poco que ver con algunas productos de prestigio provenientes de las Antípodas en los últimos años.