Una de las cosas que más sorprende de la carrera de The Walkmen, es que todavía no hayan conseguido ascender a esa segunda división que juegan grupos como The National o Deerhunter. Y es que la banda neoyorquina sigue sin contar con el beneplácito de todo el público, y los pobres siempre acaban tocando con en el escenario pequeño del festival de turno – lo del primavera del año pasado fue de vergüenza -, en lugar de ser el típico grupo de tarde-noche en el escenario más grande. No es que no lo hayan intentando; tienen temas como The Rat, The New Year o Angela Surf City, que son auténticos pelotazos, pero por alguna razón que se me escapa de las manos, la gente no termina de engancharse a sus canciones. Eso sí, todos sus discos siempre acaban entre los mejores del año en prácticamente todos los medios.
¿Qué es lo que va a pasar con ellos en este 2012? bueno, pues yo me lo voy a jugar, y digo totalmente convencido, que este va a ser el año en el que asciendan de una vez por todas. Heaven es el disco idóneo para ello, ya que su edición está levantando mucha expectación – yo que devoro foros y páginas de internet, he visto como la gente lo pedía sin cesar -, y han limpiado su sonido para adaptarlo a un público más amplio. Demostrando que pueden hacer música más comercial (sí, ya sé que esta palabra no gusta a nadie) sin perder un ápice de su calidad.
La banda de Hamilton Leithauser no es tonta, y para esta limpieza de sonido se ha buscado a un productor respetado. Phil Ek ha trabajado con The Shins, Band Of Horses o Fleet Foxes, por lo que ya os podeis imaginar por donde van los tiros. Y es que no sabemos si habrá sido cosa suya, pero se nota bastante la influencia de este hombre en algunos temas del disco. Solo hay que escuchar We Can’t Be Beat, el tema donde con el que abren el álbum, donde colabora Robin Pecknold, cantante de Fleet Foxes que también pone su voz a otra canción del álbum. Son más de cuatro minutos muy cercanos al folk, en el los que apenas hay una guitarra acústica y un par de voces, hasta que llega el solo de voz de Hamilton a mitad de canción, y ya entran una batería un pegadizos coros que llevan al estribillo perfecto. Emocionante como pocas. Siguen por esta linea en algún tema como Line By Line, pero definitivamente, no es lo que más nos encontramos en este trabajo.
The Walkmen van a por todas, y bien podemos decir que este álbum tiene una buena colección de hits de pegada instantánea. Desde luego, si no se te cae la baba con canciones como Heartbreaker, Heaven, Nightingales, The Love You Love o Heaven, es que algo grave te pasa. Además, los medios tiempos que tan bien facturaron en Lisbon, aquí se vuelven inmensos, sobre todo en la maravillosa Song For Leigh, que se ha convertido en mi canción favorita de estos últimos días. Solo veo que fallan en ese corto instrumental llamado Jerry Jr.’s Tune (creo que no pinta nada) y Sourthern Heart, que no termina de convencer y no me emociona como otras canciones suyas corte intimista y sosegado.
Los neoyorquinos demuestran con este Heaven, que están que se salen, y que aciertan en todo. Desde luego, si no pegan un buen pelotazo con este disco, dejo de creer en la raza humana desde ya.
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