Durante los días soleados del invierno, en enero y febrero, se pueden ver revoloteando algunas mariposas aisladas. Pero han sido las primeras jornadas cálidas del año, a principios de marzo, los que han generalizado su presencia. Algunas de ellas han invernado como adultos, como la preciosa cleopatra Gonepteryx cleopatra, que además ha despertado en pleno frenesí reproductor.
Aunque el macho está dispuesto a la cópula la hembra no parece por la labor, como indica su abdomen levantado.
Estas mariposas también despiertan con altas necesidades de energía y pasan bastante tiempo libando como esta limonera Gonepteryx rhamni.
Los adultos de estas dos mariposas amarillas suelen despertar bastante enteras y sin desperfectos aparentes; sin embargo otras especies presentan con frecuencia señales visibles de la dureza del invierno, como esta vanesa Vanessa atalanta.
Entre las mariposas que pasan el invierno como orugas o crisálidas y emergen con los primeros días de calor la más temprana suele ser la blanquita de la col Pieris rapae. Este año el primer ejemplar en Gozón lo detecté el día 4 de marzo, y a partir de ese día ya se ven bastantes más.