En primero lugar quiero aclarar que soy defensor de los animales, que detesto cualquier tipo de abuso que se les haga y que me encantan los animales. Respeto que cada quien encauce sus sentimientos filantrópicos por el lado que mejor le parezca y entiendo que cada quien tiene sus prioridades. Personalmente, me preocupa lo que sucede con las personas, tanto las que están a mi alrededor como las que viven lejos, las considero iguales a mi y pienso que tienen mis mismos derechos; estos sentimientos han sido superiores a mi afan de enriquecimiento o a la necesidad de éxito que la sociedad moderna inyecta en las personas a través de los medios de comunicación, por algún motivo, esa enfermedad no ha entrado en mi a pesar de que es demasiado fácil contagiarse viviendo en un mundo como el que nos ha tocado vivir, una generación que casi podríamos llamar maldita, por la insensibilidad que muestra y la manera tan impasible como ve las atrocidades que suceden en cuanto a derechos humanos se refiere.
A nadie escapa que el mercado de los animales domésticos es un gran negocio hoy día. En nuestro país hay unos 25 millones de mascotas (7 millones de pájaros, 6 de perros, 5 de peces, 5 de gatos y 2 de animales exóticos).
El sector de los animales de compañía factura unos 700 millones de euros al año, y la cifra se incrementa cada año respecto al anterior. Los animales estrella siguen siendo los perros y gatos, por el amplio negocio de alimentación y complementos desarrollado a su alrededor (en accesorios, unos 166 millones de euros y en medicinas otro tanto).
Si tenemos en cuenta que en España este negocio ha empezado a desarrollarse con cierto retraso respecto a otros países y, muy especialmente, Estados Unidos, donde las mascotas constituyen un mercado que mueve unos 18 mil millones de dólares al año y genera multitud de oportunidades de negocio, o Alemania, Francia, o Reino Unido donde esta industria ya está mucho más profesionalizada, no es nada difícil ver dónde están puestas nuestras prioridades. Los partidos políticos pro-animales tienen cada vez más éxito y esto no es nada raro si tenemos en cuenta que en el mundo desarrollado la mayoria prefiere tener mascotas antes que hijos. En China hay más perros de lo que creemos (no van a la cazuela), ya que la gente no puede tener hijos combate la soledad con sus mascotas, ellos tienen una excusa, pero lo nuestros va por el lado del consumismo que tan bien nos caracteriza. Queremos imitar a Paris Hilton, o a cualquiera de esas estrafalarias celebridades que tienen macotas multimillonarias con collares costosísimos y que se disputan el ranking mundial de las mascotas millonarias. Nuestro mundo es un mundo al revés, cuando vamos de paseo con nuestro perro desviamos la mirada para no aceptar que hay seres humanos que viven mucho peor que nuestras mascotas.