Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.
Hace unos días leía un interesante artículo de Berto Pena titulado En busca de la aplicación de tareas “perfecta”. Sin duda, una buena exposición sobre las características que debe tener una buena herramienta de productividad. Pero junto a su argumento principal –con el que estoy completamente de acuerdo–, Berto propone 5 razones por las que él prefiere utilizar aplicaciones web.
La verdad es que últimamente se ha puesto muy de moda la productividad online o “en la nube”. Es una tendencia hasta cierto punto lógica, y no dudo de que puede ser útil para algunos, pero yo no la comparto. Sin ánimo de crear polémica, sino complementar y abrir el debate, hoy respondo uno a uno los 5 puntos de Berto, y explico por qué no me gusta y/o creo que no es necesario subirse a la nube. Ahí voy –con todo mi cariño Berto ;-)
Berto dice que defiende las aplicaciones web porque:
1. No están ligadas a un sistema operativo y hay un desarrollo común para todo el mundo.
Este argumento es uno de los que menos entiendo. Si tengo un ordenador con Windows, la verdad es que me importa poco si el programa puede correr además en Linux o Mac OS. Es cierto que puede suceder –y a veces sucede– que el programa por el que suspiras sólo está disponible en una plataforma que no es la tuya. Pero cada vez es más frecuente que los desarrollos se hagan en lenguajes como Java –que también es independiente de plataforma–, o que los fabricantes lancen varias versiones para las plataformas más comunes.
Hay muchas opciones disponibles para hacer virtualmente cualquier cosa en tu ordenador, en realidad muchas más que en la web. Las aplicaciones web amplían el espectro de posibilidades, pero no solucionan el problema de fondo. Si “esa” aplicación web es justo lo que necesitas, entonces estarás feliz. Pero si no, tendrás que esperar a que alguien cree la aplicación web que quieres o, paradójicamente, volver a tu ordenador.
2. Puedes acceder a ellas desde cualquier ordenador y dispositivo.
Este es el argumento quizá más polémico y que tiene más “chicha”. Así que vamos con cuidado.
En primer lugar, un gran porcentaje de nosotros cargamos –o podemos cargar sin muchos problemas– nuestro ordenador portátil a todos lados. La verdad es que, por mucho que podamos trabajar en la nube, siempre hay cosas que debemos hacer en nuestro ordenador. Así que, en lugar de acceder desde “cualquier” ordenador, podemos perfectamente acceder siempre desde “nuestro” ordenador. Como veis, la ubicuidad de la nube es de una utilidad relativa. ¡Qué hay más ubicuo que tener siempre contigo el ordenador, sin tener que buscar uno prestado que, para más inri, debe estar además conectado a Internet!
Por otro lado, muchos dirán que no necesitan tomar prestado un ordenador, que para eso tienen una BlackBerry o un iPhone: no sólo pueden trabajar en la oficina, sino en los traslados y cualquier otro sitio. Bueno, tienen razón. Pero hoy en día existen ordenadores portátiles realmente compactos y económicos. Si estás dispuesto a llevar a todos lados un iPhone –o ahora que están de moda, un iPad–, no veo por qué no llevar un ordenador portátil de 10 pulgadas, o incluso uno de tamaño normal, especialmente si utilizas un bolso, un portafolios o una mochila.
De todos modos, pienso que trabajar en los traslados es una necesidad que nos hemos creado nosotros mismos –como por ejemplo, el estar siempre localizables en un teléfono móvil… ¿De verdad es necesario que todo el mundo pueda acceder a Internet desde su iPhone, o lo hacemos simplemente porque podemos hacerlo?
Para los que pasamos el grueso de nuestro tiempo productivo sentados en una mesa, ya sea en casa, en la oficina o en reuniones, parece un poco absurdo dedicar los 30 minutos del transporte a seguir trabajando o leer blogs. Creedme, hay muchas cosas que podemos hacer sin herramientas digitales, igualmente importantes y productivas, como disfrutar del paisaje, escuchar música, conversar con otra persona o meditar, por citar sólo unas pocas.
3. Todas tienen versión móvil, no tienes que esperar a que saquen la versión para tal o cuál plataforma.
No veo la necesidad o la urgencia de estar siempre a la última con un software, si lo que tienes ya funciona bien. Estar pendiente de la última versión o funcionalidad del programa sólo fomenta el estar permanentemente jugando y probando herramientas, en lugar de estar haciendo.
En cualquier caso, cuando aparezca la nueva versión para tu plataforma, ya tendrás tiempo de evaluar y decidir si merece la pena el cambio. Pero siempre dentro de tu propio esquema productivo, no impulsado por la moda o los avances tecnológicos constantes y sin fin.
4. Con los (rápidos) navegadores actuales trabajar con ellas no supone una diferencia a estar instaladas en local.
Perdóname Berto, pero esto, más que una razón, es una justificación. En lugar de exponer una ventaja simplemente justificas que las herramientas web no son tan lentas como la gente cree. Esto no es una ventaja, es una desventaja explicada o justificada.
Ah, y ya que estamos, la verdad, en mi experiencia, la mayoría de las herramientas web siguen siendo más lentas que las herramientas instaladas en el ordenador –estoy pensando, por ejemplo, en Evernote con Safari 5 y un acceso de 4 Mb.
5. Tu lista de tareas siempre está actualizada con la última versión. Ni tan siquiera hay sincronización.
De nuevo, esto no es una razón. Con el ordenador siempre conmigo tampoco necesito sincronizar nada. ¿Dónde está la ventaja de utilizar herramientas web?
Creo que muchos utilizamos las herramientas web en combinación con dispositivos tipo iPhone porque están ahí, no porque realmente los necesitamos. Es como si compráramos un robot de cocina para hacer licuados, simplemente porque nos dicen que además puede hacer 37 cosas más. ¿Realmente necesitamos/queremos hacer esas 37 cosas más, o sólo hacer licuados?
En fin, tenía previsto completar estas respuestas con mis propias razones para no subir a la nube –la más importante de las cuales tiene que ver con la seguridad y la dependencia de un tercero para poder acceder a tus propios datos–, pero creo que el artículo ya me ha quedado bastante largo. Así que os emplazo próximamente a un nuevo artículo para continuar con el debate. Mientras tanto puedes ir respondiendo…
¿Utilizas herramientas offline o en la nube? ¿Crees que los argumentos de Berto son válidos? Comparte tu opinión en un comentario.