El nombre de la avellana tiene origen en los tiempos del Imperio Romano, en referencia al pueblo Avella, de la Campania, además una ciudad catalana tiene el nombre privilegiado de denominación de origen “la avellana de Reus”. El otoño es la época excelente para recolectar avellanas para llevarlas a nuestras cocinas de una manera sana, y luego poder guardarlas en la despensa para tener para todo el año.Una de las propiedades de las avellanas es su composición de grasa que se considera cardiosaludable porque dominan los ácidos omega 6 que reducen el colesterol total y los triglicéridos. Por otra parte sus calorías se convierten en una buena energía para recargar pilas en excursiones por la montaña.Nos aportan una buena cantidad de minerales tales como el magnesio, el potasio y el fosforo que son muy necesarios para el ejercicio muscular. Las avellanas son ricas en vitamina E, antioxidante, esta disminuye el deterioro de las membranas celulares del sistema nervioso y del sistema cardiovascular. Además se considera que consumir habitualmente de frutos secos previene de enfermedades degenerativas como las cardiovasculares o los canceres. Otras propiedades de las avellanas son su contenido en acido fólico y su aporte de fibra. El acido fólico de las avellanas es muy recomendado en la cocina sana de mujeres embarazadas y niños, por su condición fisiológica que hace que necesiten más esta vitamina. Por otro lado la fibra que contienen las avellanas es laxante, lo que es perfecto para las personas estreñidas, que tomando un puñado de avellanas al día contribuye a resolver su problema intestinal.