El tomate está en la cocina sana mediterránea en casi todas sus recetas, por su sabor dulce, ligeramente ácido y también por su efecto refrescante.Su color rojo intenso es debido a la presencia de licopeno que es un tipo de caroteno con actividad antioxidante, que es una de las propiedades del tomate.El tomate maduro contiene mucho más licopeno que el tomate verde, el 80% de carotenos y un 5% de betacaroteno. El licopeno no se convierte en vitamina A como el betacaroteno, pero su consumo es recomendable por sus destacadas propiedades antioxidantes, que protegen a las células de los daños causados por los radiales libres que degeneran los tejidos que conduce a enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el envejecimiento prematuro.El tomate de una cocina sana, es un aliado del corazón porque su contenido en licopeno disminuye los niveles de colesterol malo (LDL), cuyo exceso es peligroso porque causa arteriosclerosis y aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas. Además la gelatina que rodea las semillas dentro del tomate, contiene una sustancia que previene la formación de trombos y embolias.El sabor del tomate es agridulce y esto se debe a una pequeña cantidad de azucares simples y a algunos ácidos orgánicos, como citratos y malatos, que son los responsables de que resulte tan agradable y digestivo.Entre las propiedades del tomate destaca su contenido en vitaminas antioxidantes A, C y E, previenen la degeneración de tejidos y ayudan al sistema inmunitario en el combate contra las infecciones. Además de este trió de vitaminas contiene vitaminas del grupo B, en mayor cantidad que otras hortalizas, y las más destacadas son las vitaminas B1, B2 y B6, las que benefician al sistema nervioso.