Mucho se ha hablado sobre el café, y en cierto sentido se podría decir que existen algunos mitos diversos que no son del todo ciertos, y que sin embargo se toman como reales cuando, en realidad, puede llegar a ser absolutamente todo lo contrario. Tomado a dosis moderadas puede ser benéfico para la salud.

Cuando hablamos de café nos referimos a la infusión de los granos o semillas de la planta de café (Coffea Arabica, Cafeto) muy extendida a América Central y regiones adyacentes, aunque su origen remoto parece ser que procede de Arabia y Abisinia, ya que, en el Siglo XIII, los árabes fueron los que utilizaban las semillas o granos molidos de café tostados o torrefactos en sus infusiones. Existen diversas leyendas interpretando su origen y su uso como brebajes, pero no voy a extenderme sobre ello....

Es importante tener en cuenta el tipo de café que habitualmente solemos consumir, dado que no es igual uno de tueste natural ( que tiende a ser mucho más saludable y con un mayor número de beneficios y de propiedades nutritivas), que el torrefacto, que ha perdido nutrientes al haber estado sometido a altas temperaturas, de tal manera que han aparecido también sustancias un tanto tóxicas. Por no hablar de los sucedáneos en pastillas listas para tomar (tan de moda ahora) que poco tienen que ver con un café natural preparado según la tradición popular.
El café es una fuente importante de antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres y el estrés oxidativo, (causantes del envejecimiento), ya para contiene dos veces más de antioxidantes que el vino tinto. Pero eso no es todo:
Los beneficios de su consumo son múltiples, aunque a pesar de ello, es recomendable no tomar café en dosis muy elevadas, (no más de dos cafés al día), ya que estos beneficios no están al alcance de todos. Al contrario, su uso elevado puede conducir a un aumento del ritmo cardíaco y al insomnio, (es aconsejable no tomar café a partir de las cuatro de la tarde).
En cuanto a los niños, hay opiniones para todo, por lo que es mejor seguir las recomendaciones del pediatra, aunque a partir de los ocho o nueve años, en principio, no es malo que tomen por la mañana una taza (no más) de café suave y muy diluido acompañado de leche, ya que les puede ayudar a estar más "despiertos" durante su jornada en el colegio.

¿Y vosotros? ¿Soléis tomar café habitualmente? ¿Cuándo? ¿Cuántos? ¿Solo o con leche? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!
Besos desde mi blog!!!
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