Desde hace un mes soy el afortunado poseedor de una mountain bike BH Trail Racer 9.4. Y digo afortunado porque supone una gran mejora en relación a mi anterior BH Sierra Nevada de 2005, que jubilo de los caminos con casi 20.000 kilómetros y que estoy reconvirtiendo en bici de carretera con ruedas gordas, interesante experimento del que hablaré cuando cumpla 500 kilómetros en su nuevo estado.
La bici tiene un cuadro BH Trail Racer, horquilla Suntour Raidon FL de aire con bloqueo al manillar sin control de rebote, amortiguador Fox RP2, llantas DT Swiss, bujes, frenos y bielas Shimano, sillín Prologó, juego de dirección FSA, manillar, potencia y tija de Sillín Titan Lite, cubiertas Continental y cambios Shimano SLX. Por mi cuenta le he añadido unos pedales tradicionales con punteras y un par de microcuernos con los que en principio no iba convencido.
Vayamos por partes: La suspensión tiene 100 mm. de recorrido, parece pequeño según las tendencias actuales del mercado pero estoy satisfecho con él ya que permite una buena calidad de marcha tanto en asfalto como en caminos y algunos terrenos si no son demasiado trialeros. Eso sí, creo que he llegado casi hasta el tope en algún momento tanto en la horquilla como el amortiguador.
La horquilla Suntour Raidon RL amortigua muy bien si la dejamos un poco blanda, lo que hace que se hunda mucho cuando te pones de pie sobre los pedales pero nada es perfecto. No se echa de menos la regulación del rebote aunque supongo que no estaría mal contar con ella. El amortiguador Fox RP2 tiene dos posiciones, en una va abierto y en la otra, que llaman Pro-pedal, va como bloqueado y amortigua cuando se encuentra con un bache. Todavía das algunos saltitos cuando circulas por asfalto si no está muy suave pero resulta una bendición en caminos y similares. La mayor pega que le he encontrado es que uno se acostumbra rápido a su presencia y cuando te subes en la bici de carretera notas una rigidez extraña en esa parte.
Los frenos Shimano me han sorprendido gratamente. Son suaves, progresivos y muy eficaces. En los primeros kilómetros el trasero tenía un sonido de roce al ponerme de pie, que sorprendentemente parece haber desaparecido. Quizás sean hasta demasiado blanditos para lo que uno se esperaría de unos frenos de disco pero Shimano siempre ha sido así, la aspereza para otras marcas.
Sobre las llantas DT Swiss confieso que me sorprendí porque en los catálogos la bici venía calzada con aros Shimano pero no me pareció oportuno protestar por ello. La mayor pega es que son de válvula Presta en vez de la Schrader que habíamos utilizado anteriormente en las bicis de montaña. Parece una desventaja ya que ahora tenemos que llevar un adaptador para poder hinchar las ruedas en las gasolineras y las cámaras antipinchazos son menos asequibles. Hay quien dice que se arregla fácil con un taladro pero yo no soy muy partidario de andar hurgando en una parte tan importante de la bici y más con lo manazas que soy cada vez que agarro un aparato de esos.
El cambio trasero y el desviador son mucho más suaves que los Deore que llevaba antes y parecen más precisos. Inicialmente el desviador se resistía a bajar la cadena al plato más pequeño y alguna vez la lanzó hacia afuera al pasar al grande pero parece irse ajustando solo. Algo que me ha resultado curioso es que la palanca pequeña del cambio trasero funciona tanto si le damos hacia atrás como hacia adelante.
Las cubiertas el primer día me dieron un buen número de sustos, aunque no sé si fueron ellas o que al tener la suspensión la respuesta de la bici es diferente. El caso es que cuando intentaba girar la bici se empeñaba en seguir recta, pero ahora ya parece haberse acostumbrado a que cuando me inclino hacia un lado hay que ir para allá. Próximamente voy a llenar las cámaras de líquido antipinchazos.
El sillín resulta muy cómodo con la amortiguación, y no se ha hundido a los pocos kilómetros como me pasó con el San Marco Ponza de la bici de carretera. Me estoy haciendo fan de Prologó.
Foto de Paco Fernández en www.bicizamora.com
Así que hemos pasado con nota los primeros quinientos kilómetros. Dentro de otros 500... más.