Cada persona que deniega de viajar cree que su situación es especial, que no pueden gestionar lo que alguien ya ha hecho por diversos motivos. Y no se trata sólo de viaje. Todos hacemos excusas de por qué no podemos hacer algo que deseamos. “El gimnasio está demasiado lejos.” “Sólo una galleta más no me hará daño.” “No soy lo suficientemente atlético para correr una maratón.” Creemos que nunca vamos a lograr esa gran cosa que aspiramos porque carecemos del ingrediente secreto para hacer que eso suceda, olvidándonos que ese secreto somos nosotros mismos.
Zona semidesértica en el centro de Mongolia
Cuando se trata de viajar, la gente cree que lo que les está frenando es el dinero. Se imaginan que no pueden viajar porque, a diferencia de mí, no pueden aprovechar el banco de mamá y papá (sin saber que de vez en cuando soy yo el que tiene que ayudar a mi familia), están agobiados por su deuda, y o simplemente asumen que tengo suerte y soy especial. El creer que todo el mundo es especial, único, o ricos, ponen una barrera psicológica que les permite ignorar todos los motivos por los cuales viajar es posible. Nada acerca de su circunstancia les impide viajar a excepción de su propio modo de pensar.
Millones de personas de todas condiciones, con diversas circunstancias personales y edades han encontrado una manera de viajar. Cuando empecé a viajar a la edad de 25, yo creía que estaba haciendo algo desafiante y único. Luego, cuando llegué “a la carretera” y vi a gente más joven que yo embarcándose en aventuras similares, me di cuenta que no era tan especial como yo pensaba. Esa realidad ha hecho que viajar en realidad me parezca mucho más fácil y más asequible porque si ellos han podido hacerlo, alguien mayor y con más experiencia se podría manejar también en las mismas condiciones.
Entiendo que hay algún requisito monetario para viajar, pero hasta cierto límite como comentaba ya en esta entrada. Hay un límite a lo barato que puede ser un viaje y siempre hay circunstancias tales como la salud, problemas de visado, deudas, o una familia que mantener que pueden tenerte alejado de “estar en la carretera”. También no todo el mundo puede (o quiere) viajar por el mundo.
Pero, en mi experiencia y forma de ver las cosas, lo que mantiene a la gran mayoría de la gente en casa no es el dinero, sino la forma de pensar. Es falsa la creencia de que sus circunstancias son diferentes y que todos las demás personas que viajan tienen dinero o son unos privilegiados. Han caído en la creencia de que viajar es un lujo para los que tienen medios y/o privilegios, y a menos que seas parte de ese grupo, nunca serás capaz de hacer nada para conseguirlo. Todo el mundo que le puede decir lo contrario lo rechazan automáticamente como es “demasiado fácil” o “demasiado bueno para ser verdad.”
Pero déjame decirte que todo el que cree en la mentalidad “Soy demasiado pobre / especial / etc.” para viajar, no lo es. Si realmente deseas viajar, vas a encontrar alguna manera. Para algunos personas se necesitará más esfuerzo y tiempo (tal vez años), pero puedes hacerlo.
Si te despiertas hoy y te dices a ti mismo: “Yo soy demasiado pobre para viajar o que no puedo por X motivos”, nunca vas a buscar formas de comenzar un viaje y sólo verás problemas. Vas a ver solamente las razones por las que no puedes viajar – facturas, vuelos, pagos del coche, la hipoteca, la familia, u otros motivos. Nunca mirarás con detenimiento más allá de esos obstáculos y te preguntarás “¿cómo puedo superar estos obstáculos como esas otras personas?” La única diferencia entre los que viajan y los que no quieren, es que los primeros dicen “sí” a viajar en lugar de “no se puede “.
Despierta hoy y dí “Sí, puedo viajar también” y empieza a buscar lo que puedes hacer ahora mismo para conseguir que esto acontezca. Comenzando por algo pequeño, mira tus gastos del día a día. ¿Cuánto te ahorrarías si desayunas en casa y renuncias al café en el bar al lado del trabajo, o cocinando más en casa y llevando la comida al trabajo? ¿Qué pasa si renuncias a la televisión por cable? ¿Si consigues una tarifa de internet más barata? ¿Si caminamos al trabajo o compartimos coche? ¿Si vendes tus cosas que no son necesarias o las cambias? Encuentra alguna manera de complementar tus ingresos como por ejemplo convirtiéndose en un guía local de guía, o alquilando tu habitación de invitados o un sofá en Airbnb. Conviértete en un cuidador de casas. Comienza a acumular millas de viajero frecuente y muchas otras cosas que te vengan a la cabeza o que encuentres por internet.
Comenzar con cosas pequeñas te da pequeñas victorias que te ayudan a darte cuenta de que poco a poco se puede hacer. Cuantas mas victorias tengas, más ganas tendrás de continuar. Cada paso se basa en el paso anterior y esto hace que tu confianza, en conseguir tus objetivos, se incremente.
Una vez que has pensado en acometer dichos cambios, comienza a crear nuevos hábitos y continua con el ciclo que permite mantener tu enfoque en viajar y al alcance de la mano. Después de años haciendo esto solo veo oportunidades allá donde voy. Una vez leí el libro: La fuerza de la costumbre, sobre el poder en el cambio de hábitos. Las personas que no creían que algo fuera posible nunca cambiaron sus hábitos. Ellos trataban de hacer dieta, trataban de dejar de fumar, o de hacer más ejercicio, pero nunca iba a funcionar. Sin embargo, una vez que creían que podían cambiar, y que se encontraron parte de una comunidad que los apoya, es cuando se produjo el cambio mental y la nueva forma de pensar se hizo cargo.
Nada mejor que perderse en un restaurante local, para experimentar comida local. ¿Alguien me lo traduce?
He conocido a gente viajando que viajó después de ganar el salario mínimo. Lo lograron porque se despertaron todos los días y se preguntaron “¿Qué puedo hacer hoy que me lleva un paso más cerca de estar en la carretera?” Es fácil decir “Bueno, yo hago X € a la hora y tengo un niño”, pero familias como estas o viajeros como Boris y Marta nos demuestran cada día que es posible. Cuanto menor sean tus ingreso, más tiempo se tardará en ahorrar lo suficiente para viajar, pero más tiempo no significa nunca.
Si tu no crees que puedes viajar, nunca lo harás.
Sólo tienes que cambiar el modo de pensar que te impide conseguir tus objetivos y empezar a buscar maneras de lograrlos, no importa cuán pequeños sean estos siempre te acercarán a tu objetivo, para empezar a vivir sus sueños de viaje.
“Soy demasiado pobre para viajar” es una creencia que hace que muchos carezcan de la confianza para creer que es posible viajar. Piensan que todo es demasiado bueno para ser verdad. Es fácil pensar que los viajeros son especiales y que mi consejo no se ajusta a ti. Pero tengo que pagar mi modo de vida: trabajo en el extranjero para mantenerme viajando, mis padres nunca me han dado dinero para esto, y de vez en cuando tengo que ayudar a la familia. Yo no sabía nada cuando empecé a viajar. Tenía que averiguarlo en el camino y cada día sigo encontrando nuevas formas de viajar más y más barato.
Familia armenia que nos invitó a comer mientras hacíamos senderismo cerca de donde vivían
No todo el mundo va a ser capaz de viajar, y lo entiendo. Yo no estoy hablando de aquellos con circunstancias como la mala salud, los que tienen padres enfermos, o una gran deuda. He conocido a diferente personas en mis viajes y sé que viajar no es sólo para ricos, es para todos, jubilados, familias con niños, estudiantes.
Si tu deseas viajar más, y crees que puedes, hazlo, no tiene por qué ser caro. Así que deja de decir “no” y empieza a encontrar todas las maneras posibles de decir que sí y hacer que tus sueños de viaje se hagan realidad. Como decía Henry Ford: “tanto si piensas que puedes como que no puedes, estás en lo cierto”
No estoy diciendo que si cierras los ojos y dices “yo quiero” por arte de magia vas a aparecer en alguna tierra lejana. No funciona de esa manera. Hay muchas razones válidas por las que la gente nunca puede ir de viaje, y no importa lo mucho que lo “quieran”. Este artículo es acerca de que la gente cambie su forma de pensar que en algunos casos incluso impide a la gente tratar de buscar alguna manera de viajar. Muchas personas, incluso si se pueden ir de viaje, ni siquiera lo intentan. Cómo se dice en español, “quien algo quiere, algo le cuesta”.
Despiértate cada mañana y di a ti mismo: “Yo puedo hacer esto.”