Revista Arte
Chefchaouen es pequeña ciudad encantadora, Xauen no es Marruecos, no tiene nada que ver. Es el Rif, el reino azul entre montañas, el sonido del muecín y el olor a clavo y a jazmín, el color del azafrán o el penetrante aroma de las especias y la menta en el tallín. Xauen es, en definitiva, una porción de tierra robada a Andalucía. Se encuentra en las faldas de los montes Tisouka (2050m) y Megou (1616 m) de la Cordillera del Rif, que se elevan por encima del pueblo como dos cuernos, dando así nombre a la ciudad (Chefchaouen en berebér significa: "mira los cuernos").
Sus casitas de tonos azulados pueden recordarnos, salvando las distancias, a los pueblos andaluces. Quizás sea así porque su población original durante la fundación de la ciudad, en 1471, estaba compuesta por exiliados de Al-Ándalus (moriscos y sefardíes ).