Revista Ciencia

Puertas vivientes

Publicado el 25 septiembre 2016 por Acercaciencia @acercaciencia

Las puertas suelen ser de madera, metal, hierro y de una infinidad de diversos materiales… Pueden ser pequeñas, grandes, medianas; todo depende de la entrada que quieran resguardar. Sin embargo, y salvo en alguna que otra historia infantil, las puertas no suelen ser algo “vivo”, y aunque pueden ser de materiales que estuvieron vivos (madera) o de algunos que no lo estuvieron jamás, más bien están quietas e inmóviles. Pero… más allá de todo lo que les acabo de decir, en nuestro planeta sí existen puertas que están realmente vivas porque son parte del cuerpo de algún animal. Resulta que existen animales que pueden bloquear la entrada de sus madrigueras o cuevas con su propio cuerpo empleándolo a modo de puerta. Les cuento.

En las Ciencias Biológicas las palabras extrañas abundan. Navegando en el submundo de la entomología, descubrí dos de ellas que desconocía: mirmecología y fragmosis. La primera, hace referencia a la rama de la entomología que se ocupa del estudio de las hormigas, área que me condujo hasta lo que les voy a contar. La segunda, es precisamente el eje de este post. La cuestión es que ciertos animales son una especie de “puerta viviente”; tienen una adaptación morfológica y conductual para bloquear, con su propio cuerpo, la entrada de los nidos, madrigueras u hormigueros que ocupan. Esta adaptación se denomina fragmosis; se ha identificado en varios grupos diferentes de animales y el nombre aparece en muchos taxones. El término fue introducido por el entomólogo norteamericano William Morton Wheeler, un científico cuyo rol ha sido fundamental en la historia de la mirmecología. Wheeler acuñó el nombre sobre la base de varios ejemplos de géneros de hormigas, aunque la adaptación también está extendida entre algunos géneros de arañas, anfibios y anélidos.

La araña sello o araña tapón

cyclocosmia-truncata-eol-wikimedia-commons

Cyclocosmia truncata. Fuente: EOL – Wikimedia commons

Las arañas del género Cyclocosmia también son conocidas como arañas sello o arañas tapón. Miden entre 2,5 y 3,5 cm y se encuentran distribuidas en Norteamérica, Centroamérica y este y sudeste de Asia. Poseen la particularidad de que su abdomen termina en un disco endurecido bordeado de pelos y reforzado por una serie de nervaduras separadas por surcos, creando un relieve que recuerda un sello. La forma particular del abdomen sirve para esconder o tapar el ingreso a su madriguera, haciendo muy difícil que la detecten sus depredadores. Es así que cuando un ejemplar se refugia en su madriguera, este disco se ajusta a la perfección a la forma circular de la misma. Los ejemplares de este género son extremadamente difíciles de localizar y suelen construir madrigueras verticales de entre 7 y 15 cm de profundidad en los bancos de arena de ríos.

cyclocosmia

Cyclocosmia sp. Fuente: YouTube.

Existen otros dos géneros de arañas que presentan modificaciones similares; pertenecen al género australiano Idiosoma, las cuales tienen un abdomen parcialmente truncado con un relieve con nervaduras y surcos, y al género africano Galeosoma cuyo abdomen también está truncado pero el disco abdominal no tiene relieves.

Hormigas fragmóticas

La fragmosis se ha observado en hormigas, taxón en base al cual Wheeler acuñó el nombre de esta adaptación. Estos insectos emplean partes truncadas de su cuerpo, usualmente la cabeza pero en algunos casos también emplean el abdomen, de forma de proteger sus hormigueros. Mediante el empleo de su cabeza, por ejemplo, impiden el ingreso de intrusos, al bloquear las entradas de las galerías que dan al exterior. Este mecanismo de defensa ha sido descripto en muchos géneros de hormigas como Camponotus (subgénero Calobopsis), Colobostruma, Crematogaster, Pheidole, Oligomyrmex, Cephalotes y recientemente en Carebara.

colobopsis-mississippiensis-ross-hutchins

Hormiga obrera Camponotus (Colobopsis) mississipiensis frente al ingreso de su refugio que encaja perfectamente con su cabeza. Créditos foto: Ross Hutchins.

En el subgénero Calobopsis, por ejemplo, las reinas y soldados tienen cabezas pequeñas y cilíndricas, abruptamente truncadas por delante. La superficie truncada, de forma circular, está endurecida y mucho más esculpida que el resto del cuerpo. Como si se tratara de una gruesa puerta de la bóveda de un banco, estas hormigas emplean la cabeza para cerrar la entrada del refugio. Los hormigueros están excavados en madera dura o en tallos de juncos, y su entrada perfectamente circular está protegida por un soldado cuya cabeza encaja a la perfección en el orificio. Cuando un obrero desea alimentarse golpea con sus antenas el abdomen de esta “puerta viviente” y la misma se abrirá para permitirle el paso.

carebara-lilith-sp

Cabeza y cuerpo de la obrera fragmótica Carebara Lilith sp. Créditos: Fischer G. et. al.

El género Carebara es muy diverso, con alrededor de 250 taxones nombrados hasta la fecha, mientras que la diversidad real es probablemente mucho mayor debido a un gran número de especies no descritas. La mayoría de las especies son de un tamaño diminuto, con estilos de vida muy crípticos, haciendo difícil la observación de campo. Más allá de las dificultades, recientemente dos especies fragmóticas han sido identificadas en este género. Se han encontrado obreras mayores y menores. Ellas poseen una cabeza con un escudo cefálico ovalado muy definido, con lóbulos que cubren las antenas cuando está en reposo, y que constituyen elementos de protección para el ingreso a los hormigueros.

cephalotes_varians_casent-antweb-april-nobile

Hormiga tortuga, Cephalotes varians. Fuente: AntWeb. Créditos foto: April Nobile.

Wheeler y Hölldobler informaron acerca de un fenómeno particular observado en las hormigas fragmóticas del género Cephalotes: aberturas glandulares en el escudo cefálico que supuestamente excretaban material fibroso, lo que permitiría cubrir la cabeza con una densa capa de material orgánico que probablemente les serviría como camuflaje en la entrada del hormiguero.

Adaptaciones fragmóticas han sido encontradas en otros artrópodos como las termitas, así como en algunos anélidos que viven en madrigueras tubulares (Maldanidae, Amphictenidae) cuya cabeza es dura y en forma de caparazón.

cephalotes_varians-bloqueando-ingreso

Obrera de Cephalotes varians bloqueando el ingreso al hormiguero. Fuente: Science video.

En la clase “Amphibia” también tenemos fragmóticos

bufo-empusus

Bufo empusus. Fuente: Wheeler, W. The physiognomy of insects.

La fragmosis no solo ha sido observada en invertebrados, sino que también en vertebrados. En algunas ranas, la piel de la cabeza se ve involucrada en la osificación craneal y se vuelve adherente y rugosa. Esto les permite tener una cabeza ósea muy dura para tapar el ingreso a sus madrigueras. Existen ejemplos diversos, en diferentes especies de distintos lugares del mundo. Uno de ellos lo constituye Bufo empusus, conocido como “Sapo de concha”, un anfibio anuro endémico de Cuba. Observado por primera vez en 1912 en una expedición científica a ese país, este sapo vive en una madriguera para la cual su cabeza dura constituye una puerta perfecta.

En Argentina y Uruguay, por ejemplo, se ha reportado la rana cabeza de casco Argenteohyla siemersi, una especie amenazada según la IUCN. Esta rana se caracteriza por tener un cráneo fuertemente osificado asociado al comportamiento de fragmosis y su función defensiva, que consiste en tapar con su cabeza las aberturas de los huecos que utiliza para refugiarse. Este comportamiento fue registrado en huecos de árboles y en aquellos formados entre las hojas de bromelias. Lo mismo se ha reportado para Corythomantis greeningi, una rana arbórea endémica de Brasil.

Sin dudas la fragmosis es más que un nombre raro. Representa una adaptación evolutiva de la que queda aún mucho por estudiar e investigar.

Bibliografía consultada

-Fischer G, Azorsa F, Garcia FH, Mikheyev AS, Economo EP (2015) Two new phragmotic ant species from Africa: morphology and next-generation sequencing solve a caste association problem in the genus Carebara Westwood. Zookeys (525): 77-105. DOI: 10.3897/zookeys.525.6057
-Wheeler WM (1927) The physiognomy of insects. Q Rev Biol 2: 1–36. 
-William Morton Wheeler . Cinco ensayos de mirmecología.
-Cajade, R.; Hermida G.; Piñeiro J. M.; Regueira E.; Marangoni F. Comportamiento de fragmosis, coosificación del cráneo, coloración aposemática y defensa en la rana cabeza de casco Argenteohyla siemersi (Anura: Hylidae). Congreso Argentino de Herpetología, 2012. 
Web: mississippientomologicalmuseum.org.msstate.edu 

Puertas vivientes
por Cecilia Di Prinzio

Biotecnóloga, docente y con ganas de hacer cosas para construir un mejor mañana.
@cecidiprinzio

Si te ha gustado el artículo te pedimos que nos ayudes a difundirlo. Compartir el conocimiento, hace al cambio. Puedes hacerlo mediante la botonera que está debajo. ¡Gracias!

Volver a la Portada de Logo Paperblog