Pastillita milagrosa que lo cura todo...
Cuando se habla de vitaminas y minerales directamente pensamos en pastillas y complementos perdiendo la noción de que las verdaderas vitaminas se encuentran en los alimentos.
Los suplementos vitamínicos y minerales han de considerarse medicamentos. Van suplir la carencia que se ha creado a causa de tomar alimentos parciales o incompletos como el azúcar o la harina blanca. Así pues, incluso una cantidad pequeña de azúcar en la dieta va a crear carencias (robando calcio, por ejemplo) que, teóricamente, podrían ser equilibradas mediante suplementos.
La persona que sigue una alimentación de alimentos completos, es decir, integrales, las vitaminas extra resultan inútiles y sólo van a crear un desequilibrio donde no había ninguno.
Cuando se usan estos suplementos hay que prestar atención a las dosis ya que contribuirán a solucionar la carencia pero una vez han concluido su trabajo hay que interrumpir la toma.
¿De verdad crees que estas pastillas de colores van a compensar tu falta de vitaminas?
Las sustancias de un solo elemento, como las vitaminas o minerales, no pueden sanar verdaderamente, porque en sí mismas no son completas. Otra cosa a tener en cuenta es que es importante que no contengan sustancias como excipientes de relleno o aglutinantes, ni ingredientes artificiales que hacen más difícil su absorción y ésto es muy difícil de conseguir en los suplementos que venden en las farmacias (mirar ingredientes).
Realmente lo importante es llevar una alimentación a base de alimentos integrales y completos (cereales integrales, legumbres, verduras de estación, frutas de estación…) y no sólo un puñado de pastillitas al día ya que éstas alimentan las células aisladas con nutrientes aislados.
Aún así, todos seguimos preocupados por si nos faltan vitaminas y minerales y las necesidades reales dependen mucho de nuestro estilo de vida:
- Un extra de vitaminas aisladas no aumenta la capacidad física.
- Tomar excesiva sal (no solo de mesa también se encuentra en alimentos enlatados, embutidos…) impide la correcta asimilación intestinal de vitaminas.
- La toma de cualquier vitamina B aumenta las necesidades de la otras, ya que actúan en sinergia. Por ejemplo, grandes dosis de vitamina B9, es decir, ácido fólico, puede ser tóxica si no se le añade un aporte de B1y B6, ésto lo comento para que lo sepan las embarazadas que ahora mismo están tomando ácido fólico sintético. Y el exceso de vitamina A puede provocar una carencia de vitamina C.
- Las vitaminas sintéticas alteran la vejiga de la orina debilitándola al ser eliminadas a través de ella.
- Dosis elevadas de una vitamina, provoca una respuesta por parte del organismo, encaminada a la destrucción de la misma, dando como resultado una carencia de la misma al suprimirla bruscamente.
- Los conservantes, pesticidas, el abuso de carnes, los productos refinados, el alcohol, el tabaco y algunos medicamentos aumentan las necesidades de vitaminas, ya que las destruyen o impiden su utilización:
*La aspirina triplica el porcentaje de excreción de vitamina C.
*La píldora anticonceptiva interfiere en la acción de las vitaminas B6, B12, C y ácido fólico.
*El alcohol destruye cantidades importantes de vitaminas A y B.
*La cafeína destruye vitaminas del grupo B, de forma parecida a como lo hacen los diuréticos.
*Los laxantes, además de eliminar calcio y fósforo, hacen lo propio con las vitaminas A, D, E y K.
*La penicilina destruye la vitamina B6, la niacina y la K.
*Beber agua clorada destruye las vitaminas C y E.
*La leche enriquecida con vitamina E puede privar al organismo de magnesio.
Si tenemos que tomar suplementos vitamínicos es aconsejable tomarlos con alimentos ricos en esas vitaminas ya que se ayuda al organimo a metabolizar un producto sintético y facilita su acción.
Pero muchas carencias y problemas responden bien si tomamos alimentos completos ricos en ciertas vitaminas:
- Anemias: B12, B6, ácido fólico, se encuentran en fermentados como el miso, en algas y hojas verdes.
- Problemas de la vista, piel o de mucosas: Vitamina A donde hay grandes cantidades en las algas nori.
- Alteraciones del sistema nervioso: grupo B, en fermentados como miso o tempeh.
- Hemorragias: Vitamina K en germinados de alfalfa.
- Toxicomanías, reforzar vasos sanguíneos y tejido conjuntivo en general: Vitamina C en brócoli, coles, hojas de nabo.
- Osteoporosis y metabolismo del calcio: Vitamina D en el pescado azul y tomar el sol.
- Radicales libres, envejecimiento: Vitamina A, C y E.
- Falta de memoria: B1, B6 y ácido glutámico (pipas de calabaza, piñones y semillas de sésamo).
Cuando estás embarada te prohíben tomar medicamentos pero suplementos sí. Gran negocio farmacéutico.
- Embarazo y lactancia: ácido fólico en hojas verdes.
- Absorción de hierro: Vitamina C.
- Tratamiento de Alzheimer, enfermedades coronarias, colesterol: Vitamina E (aceite de germen de trigo y aceite de oliva).
Pero lo importante para que no haya estos problemas y tengamos que buscar soluciones químicas sería haciendo unos pequeños cambios:
- Evitar los alimentos refinados y procesados ya que se les añaden vitaminas y minerales químicos en cantidades por encima de nuestras necesidades provocando desequilibrios metabólicos y pérdidas de nutrientes. El pan blanco, la harina refinada y el arroz blanco tienen más cadmio que zinc ya que éste último se desecha en el refinado. Estos dos minerales son antagonistas y un exceso de cadmio afecta a la concentración de zinc en los tejidos.
- El consumo excesivo de azúcar afecta negativamente a la absorción de minerales, en especial magnesio y agota las reservas de vitamina B1 o tiamina. El café y el té tienen el mismo efecto sobre la tiamina.
Una deficiencia de tiamina produce, entre otros síntomas, fatiga, insomnio, dolores de cabeza, irritabilidad y una ralentización de las habilidades manuales. Además de hacernos perder tiamina, el té y el café inhiben la absorción del hierro, desequilibran los niveles de sodio y potasio debido a su efecto diurético y en general desmineralizan los tejidos.
- Los metales pesados, como el plomo, mercurio, cadmio, arsénico y aluminio, desgastan las reservas de ciertos nutrientes que se utilizan para desintoxicar al organismo y a la vez inhiben la entrada de minerales en las células. El mercurio, plomo, cadmio y arsénico pueden encontrarse en los vegetales y frutas cultivados con insecticidas, plaguicidas y fertilizantes. Los aditivos alimentarios, la leche en polvo, el café instantáneo, los antiácidos, las bolsas de té y la sal de mesa contienen aluminio. Se ha comprobado que el aluminio puede mermar las reservas de fosfato, lo que lleva a una pérdida de calcificación ósea. En un estado de deficiencia de fosfato los músculos se vuelven débiles y dolorosos llegando a producir osteoporosis, artritis o reuma.
- El tabaco es el mayor factor desmineralizante del organismo ya que incrementa las necesidades de zinc al aumentar los niveles de cadmio y cobre.
- En los estados de ansiedad se multiplican por cinco las necesidades normales de calcio. El estrés agota las glándulas adrenales y ocasiona pérdidas de nutrientes. Se agotan las reservas de magnesio y potasio, los aminoácidos carnitina y glutamina, vitamina C, zinc, coenzima Q10. Por otro lado un buen nivel de nutrientes nos ayudan a adaptarnos mejor al estrés, como el zinc, selenio y vitaminas A, E y C.
- Evitar alimentos enlatados y verduras congeladas, ya que en el enlatado se pierde la disponibilidad de los aminoácidos lisina y metionina y las vitaminas B1 y C. Estos alimentos tienen menos magnesio, potasio y hierro. Los alimentos congelados tienen menos minerales y vitaminas, especialmente potasio y vitamina C.
- Evitar el exceso de un nutriente en particular. Una alimentación que contenga alimentos procesados, ahumados, aceitunas, pan, galletas, cereales cornflakes y queso puede llegar a niveles de sodio de hasta 15 g al día, cuando nuestras necesidades son entre 0,5 y 1 g. Un exceso de sodio aumenta las necesidades de potasio y dificulta la absorción del calcio y el magnesio.
- Los productos lácteos no sólo son altos en sodio sino que favorecen su acumulación. El consumo excesivo de proteína animal, de fósforo y de vitamina D contribuyen a un desequilibrio en el metabolismo del calcio en el que se pierde calcio en los huesos a pesar de que se está ingiriendo en cantidades óptimas.
Las farmacias, negocio redondo. Nos han hecho creer que ellas son las únicas que nos curarán de nuestras enfermedades.
Si nuestro médico de cabecera nos prescribe suplementos, tenemos que tener en cuenta ciertas cosas, ya que tomar determinados suplementos mucho tiempo puede provocar otras deficiencias que se deben compensar.
Algunos suplementos deben tomarse acompañados de un cofactor o nutriente que ayuda en su utilización y absorción. Veamos las parejas ideales:
- Zinc+ Vitamina B6.
- Cromo+ Vitamina B3.
- Selenio+ Vitamina E.
- Hierro+ Vitamina C.
- Manganeso+ Vitamina B1.
- Magnesio, Vitamina A+ Complejo B.
- Calcio+ Vitamina D.
- Vitamina C+ Bioflavonoides.
Incluso tomar demasiadas vitaminas pueden dañar el riñón, el hígado o el corazón. Un exceso de acumulación de vitaminas liposolubles puede provocar fatiga o estreñimiento (en el caso de la vitamina A), náuseas y transtornos en la coagulación de la sangre (vitamina E), daño renal y cardiovascular (vitamina D). Ante un consumo exagerado, éstas pueden dar más problemas e incluso producir algunos cánceres.
Con todo lo expuesto es mejor llevar una alimentación completa, porque excepto la vitamina D, que la produce el cuerpo humano (en la piel cuando reacciona ante el sol) o pequeñas cantidades de la K, B1, B9 y B12 en la flora intestinal, la mejor fuente de vitaminas se halla en los alimentos de origen natural.
También es importante la manera de cocinar y tratar los alimentos. Cocinar los alimentos en exceso disminuye su contenido vitamínico. Y la toma de algunos medicamentos contribuye a la destrucción de vitaminas como los antibióticos y los laxantes que destruyen la flora intestinal alterando los niveles de vitamina B12.
La tensión emocional hace segregar más adrenalina, que también consume vitamina C, la E yalgunas del grupo B. Por tanto, las emociones y los afectos tienen un papel muy importante en el cambio de los hábitos alimentarios y además de la importancia de los alimentos que tomamos y cómo los tomamos, también es primordial con quién comemos…
Abramos los ojos. Dentro de ellas solo hay polvo blanco con miles de sustancias químicas.
Espero que haya quedado claro que no es tan fácil, que tomando suplementos sintéticos no vamos a arreglar nuestras carencias, que nuestro cuerpo es más complejo y lo que necesita de verdad es una buena nutrición con alimentos auténticos y no manipulados ni procesados para conseguir todos los verdaderos nutrientes que nuestro organismo necesita ya que estos suplementos aislados como entran se van y algunos entran, crean desbarajustes y nos dejan peor de lo que estábamos.
Mi mensaje es claro: Si te sientes débil, agotado y sin energía no compres una tableta de colores sino sé valiente y responsabilízate de tu cuerpo y ayúdalo a recuperarse cambiando tu forma de alimentarte ya que tú sabes que tu estilo de vida (estrés, comidas rápidas, preocupaciones) es la culpable de todos tus males.
Salud y Buenos Alimentos
Yo Isasi
Nutridora Macrobiotiva
www.nutricionencasa.com