El embarazo es una época de cambios en la que la mujer debe alimentarse correctamente. No hace falta seguir una dieta especial o distinta, salvo que el médico nos indique lo contrario, aunque sí aumentar la ingesta de minerales y vitaminas. Veamos los alimentos básicos que deben tomar las embarazadas.
Ácido fólico
Es un tipo de vitamina B que aporta muchos beneficios para la salud, especialmente para las embarazadas al prevenir ciertas enfermedades. El ácido fólico puede encontrarse en determinados alimentos, como ciertas verduras (lentejas, brócoli, coles de Bruselas), en frutas (como la naranja, papaya…) y en las legumbres, como las lentejas. El médico suele recomendar suplementos de ácido fólico a las embarazadas para complementar con la dieta.
Pescados azules
Los pescados azules son buenos para diferentes etapas de la vida, y también para las embarazadas. Aportan tal cantidad de nutrientes y vitaminas que es indispensable para tomar durante varios días en una misma semana. Deberemos tener especial cuidado en no comer pescado crudo durante estos nueves meses, así lo recomiendan los médicos.
Frutas
Las frutas son una enorme aportación de vitaminas y son perfectas para esta etapa. Pueden tomarse de postre, pero también en zumos naturales.
Mucho hierro
Las embarazas han de estar fuertes durante todo el embarazo. Por este motivo, los alimentos ricos en hierro son los perfectos aliados para que el embarazo se desarrolle adecuadamente. Las espinacas, los pescados, las lentejas, las frutas, la carne, los cereales o los frutos secos son ricos en hierro.
Grasas animales
Es necesaria una buena aportación de grasas animales para dotar de vitamina A al cuerpo. Lo podemos encontrar en alimentos como la mantequilla o la leche.
Proteínas de animales. Aunque la carne es fundamental, en un segundo plano, las proteínas se encuentran en las carnes rojas de vacuno, los pescados y los huevos.
Alimentos ricos en calcio
Este mineral es también indispensable dentro de la alimentación que autoabastece a la embarazada. Debemos ingerir una buena proporción de productos lácteos, además de frutas y verduras que van bien para la formación de los huesos y los dientes del bebé.