Tomo la primera parte del título de este post de un libro de mi amigo David Casacuberta, uno de los genios escondidos de este país: Qué es una emoción. Dice David que "sin las emociones no podríamos plantearnos ninguna actividad por simple y racional que nos pareciera. Y las decisiones a las que nos conducen son tan racionales, correctas y ajustadas a la realidad como a las que nos llevaría un pensamiento racional puro".
Turó d'en Mota de Recaredo. Cinco de la tarde de un domingo de octubre. Un grupo de privilegiados hemos decidido, de forma por completo racional, que tendremos una emoción. Veremos cómo se pone el sol tras unas cepas que representaron la mejor esperanza de futuro para quien las plantó. 1940. Fin de la Guerra Civil. Hambre. Frío. Terror. Cepas de xarel.lo: lo mejor de la tierra del Penedès. Casi una hectárea. ¿Tres mil, cuatro mil botellas? Hace quince años quien las plantó había ya olvidado por qué lo hizo y los Mata tuvieron una visión. Recuperar las cepas. Devolver la vida a la tierra que había dejado de alimentarlas. Pensar en el vino que devolviera una dignidad casi perdida. El mejor cuidado, la paciencia más exquisita, el menor susurro para un vino que nace para no dejarnos morir.
Por primera vez (que yo sepa), con la complicidad de los Mata y de quien (junto con Astrid) ha ideado la emoción, bebemos una tras otra las cuatro añadas que Recaredo ha elaborado de ese vino, uno de los que más me gusta del país: Turó d'en Mota 1999, 2000, 2002 y 2001. En el mismo orden en que ellos decidieron en su momento que tenían que ser bebidos. Apenas tomo notas. Bebo, siento, callo, escucho, me emociono. Decido escribir sólo dos, tres palabras para cada vino. 1999 (degüelle de 28 de octubre de 2008): Sutileza radical. 2000 (degüelle de 16 de octubre de 2009): Vigor sin contemplaciones. 2002 (degüelle de 27 de septiembre de 2012): Oscura integridad. 2001 (degüelle de 15 de marzo de 2013): Trueno desde el mirador. Jugamos con los amigos a buscar un dios protector para cada vino: 1999 es para Apolo (alguien apunta Venus...no digo que no). 2000 es para Marte. 2002 es para Plutón. 2001...empiezo pensando que es para Mercurio alado pero al final me quedo con ese trueno, el de Júpiter Tonante.
Hoy he sabido qué es una emoción. Estar sentado junto a un viñedo muy especial. Beber el vino que las cepas que acaricias han dado hace tres semanas (el vino base que será, dentro de más de 100 meses, Turó d'en Mota 2013). Comer cuatro pasas que quedaron. Callar. Escucharte y escuchar. Beber el vino más antiguo de ese viñedo (1999). Sentir cómo la Tierra se desliza dentro de ti. Con amigos. Gente que te quiere contigo. Entender, sin necesidad de palabras, el porqué de las cosas, qué es este vino, qué representa, por qué es como es. El valor del trabajo bien hecho, lento, silencioso. Para siempre dentro de nosotros. ¿Quién me va a seguir preguntando por qué estoy en el mundo del vino? Leerá este post y buscará, por favor, a cuatro amigos para compartir una botella. Lo entenderán. ¿Verdad?
El collage de fotos de este post ha sido hecho por Anna Vicens. Lo publico con su permiso.