Sentirse como en casa, esa extraña sensación que se genera cuando viajas para llegar a algún lugar, la Ribera del Duero en este caso , y los que allí te esperan demuestran contigo toda su hospitalidad castellana ; una hospitalidad que a veces puede entenderse como un acto de egoísmo, un hoy por ti, mañana por mi, pero que generalmente supone uno de los actos mas nobles de la condición humana ; en la mitología griega son muchos los ejemplos de su extraordinaria hospitalidad, cuando se agasaja al recién llegado, tanto este sea de baja clase como de alta alcurnia, con los mejores presentes que uno atesora, entre ellos siempre el mejor vino ; a mi cabeza llega la imagen de Telémaco , que en su viaje buscando noticias de su padre Odiseo, es tratado como un hijo por Menelao y Helena, o el caso paradigmático de cómo Admento recibe a Heracles, el mismo día en que su amada Asceltis yace muerta en una habitación anexa; este tipo de hospitalidad, esa sensación familiar y de sentirme como en casa, es como me siento cada vez que cruzo el umbral del Restaurante Raíz, en Roa de Duero ; allí siempre me esperan las sonrisas de Miriam y Javier Merino, y un buen menú, regado con sus vinos y su buen hacer en la cocina.
Helen Recognising Telemachus, Son of Odysseus , obra de Jean-Jacques Lagrenée (1795)